Por Geovanny Zapata
CHETUMAL, Q. Roo.- A pesar de que se trata de una especie protegida, se estima que poco más de 8 mil hectáreas de diferentes especies de mangle han desaparecido en los últimos 30 años en Quintana Roo, debido, principalmente, a la acción del hombre, por los desarrollos turísticos y el crecimiento demográfico, lo que representa una irreparable pérdida de todo un ecosistema.

Para el biólogo e investigador Martín Balam Perera, este problema no sólo es exclusivo del estado, sino que también es del ámbito nacional e internacional, sobre todo en el Caribe, que es donde abunda este tipo de vegetación.

Declaró que la pérdida de estos manglares está ligada a la incapacidad de especialistas y autoridades para tomar las medidas correspondientes.

Este problema se da porque no existe una campaña exhaustiva de información hacia las personas que en sus terrenos cuentan con esta vegetación, y mucho menos hacia el público en general para evitar su deforestación.

La Península de Yucatán engloba la mayor parte de los manglares en México, quedando como primer lugar Campeche, seguido de Quintana Roo y Yucatán.

“(ÔǪ) Está protegido dentro de una norma oficial en el país, pero la gente de las comunidades, de los ejidos o particulares lo ven como algo que no se puede utilizar y eso no es benéfico para el ecosistema”, enfatizó.

Balam Perera expresó que dentro de los manglares de Quintana Roo se puede observar distintos tipos de aves, garzas, venados, tepescuincles, cangrejos, patos y aves migratorias, una biodiversidad bastante grande.

“Tenemos que demostrarle a la gente que esa vegetación se puede usar, siempre y cuando no se corte el flujo hidrológico que es lo que marca la Ley General de Vida Silvestre”, subrayó.

Dijo que lugares como Nayarit y Veracruz hacen un manejo sustentable del manglar, donde se realizan los estudios necesarios para tratar parte de éste.

“Aprovechan el área que ya está muerta, vuelven a sembrar para que se sigan repoblando y pueda seguir viviendo”, aludió.

Indicó que los desarrollos turísticos se pueden hacer de una forma sustentable, incluso dentro de los manglares.

“De continuar así, podríamos ver la disminución del 50% de esa vegetación en el estado en un promedio de 20 a 30 años, provocando con ello un desorden ecológico y la desaparición de muchas especies que viven de este ecosistema”, lamentó.

AFECTACIÓN

En México, en 1981, se contaba con 856 mil 405 hectáreas de manglares; para 2005 se tenía 774 mil 134; en 2010 había 764 mil 774; y para 2015, un total de 775 mil 555.

Lo que representa una pérdida (durante ese período) de 80 mil 850 hectáreas, que en su mayoría se sitúan en la Península de Yucatán.

CARACTERÍSTICA

Los manglares son la línea boscosa que subraya la orilla de desembocadura de ríos y de lagunas costeras; son los únicos bosques que viven sobre el suelo inundable y que toleran altas concentraciones de sal del mar. También están expuestos al agua dulce de los ríos, o bien, a una mezcla de ambas.

El biólogo comentó que estos árboles se reconocen por su peculiar estructura de ramas retorcidas o con grandes sancos; miden de uno a 30 metros de altura.

Las principales especies en México son el mangle rojo, blanco, negro y el botoncillo.

México ocupa el cuarto lugar de 125 naciones que poseen este tipo de vegetación; en el territorio nacional ocupa 0.4% de la superficie total.

Señaló que la importancia es vital, inclusive para los seres humanos, ya que este ecosistema funciona como una incubadora; es el sitio ideal para el desove y crianza de peces y camarones. En su espeso follaje se refugian diversas especies de aves marinas, gavilanes y pericos.

Además, es la única vegetación del mundo que conforma un muro natural que se enfrenta a los poderosos vientos marinos del trópico cuando llegan en forma de tormentas o huracanes. En conclusión, generan oxígeno, amortiguan la fuerza de los temporales tropicales, y de ellos obtenemos una gran diversidad de alimentos.

“Los manglares tienen mayor capacidad de capturar el dióxido de carbono y genera mayor cantidad de oxígeno, es llamado el carbono azul”, informó Balam Perera.

EN BUENAS CONDICIONES

Alfredo Arellano Guillermo, secretario de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), señaló que en Quintana Roo hay cerca de 129 mil hectáreas de mangle en diferentes estados de salud, de los cuales, la mayoría se encuentra en buenas condiciones.

Recordó que en los últimos 30 años se han perdido cerca de 8 mil hectáreas, básicamente por el crecimiento urbano.

Explicó que mucha de esta superficie se dañó desde el desarrollo que tuvo Cancún y la Riviera Maya en los años 70 y 80.

“Ahora el tema es que se tiene un mayor control, los manglares están más protegidos y hay una mayor conciencia, por lo que el ritmo de pérdida ha disminuido”, enfatizó.

Resaltó que han surgido proyectos importantes, no sólo de humedales, sino también de su manejo y conservación.

El funcionario dijo que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la responsable de inspeccionar y sancionar aquellas actividades irregulares en zonas protegidas.

Por su parte, comentó que están en busca de recursos, a través de la Institución del Fideicomiso de Manejo Integrado de Zonas Costeras, que permitan desarrollar un instrumento de largo plazo tanto de recaudación como de administración de presupuesto para toda la costa.

IMPORTANCIA

  • Funcionan como pulmones, porque producen oxígeno y usan el bióxido de carbono del aire
  • Sirven como filtros para sedimentos y nutrientes, manteniendo la calidad del agua
  • Protegen el litoral contra la erosión costera derivada del oleaje y las mareas
  • Son evapotranspiradores; suplen de humedad a la atmósfera
  • Son fuente de materia orgánica e inorgánica que sostiene la red alimentaria estuarina y marina
  • Estabilizan los terrenos costeros contra la erosión
  • Protegen el litoral contra los vientos huracanados y otros eventos climatológicos de gran impacto
  • Son principalmente territorios de apareamiento, cría y alimentación para muchas especies

FACTORES DE SU PÉRDIDA

  • El desarrollo urbano, turístico, industrial, agrícola y ganadero indiscriminado
  • Por la contaminación con desechos sólidos urbanos, industriales, pesticidas y fertilizantes agrícolas
  • Modificaciones sobre las condiciones hidrológicas (Principalmente por culpa del hombre)
  • Debido al crecimiento de los mares por el afamado y contundente calentamiento global
  • Por la sobreexplotación pesquera

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