Elisa Carrillo vuelve a México, a bailar, “a lograr lo imposible”, a hacer realidad su sueño por cuarta ocasión: reeditar su festival Danzatlán en el segundo año de la pandemia de Covid-19, con su misión personal de transformar a su país, afectado por violencia, desde el arte y la cultura, no desde la política.
“Para poder transformar a México y a los mexicanos, el arte y la cultura es algo que debemos impulsar más que nunca”, sostiene Carrillo, quien ha ganado los mayores reconocimientos mundiales en la danza.
Elisa Carrillo vuelve a México, a bailar, “a lograr lo imposible”, hacer realidad su sueño por cuarta ocasión: reeditar su festival Danzatlán
“Nunca he pensado entrar a la política, no. Estoy más metida en la parte cultural, la política no es algo en lo que quiera entrar realmente; yo me dedico al arte y desde lo que hago, desde lo que amo, tengo una herramienta muy grande que puedo explotar para contribuir al cambio en mi país”, responde en entrevista la bailarina, premio Benois de la Danse 2019, en vísperas de regresar al escenario mexicano.
Apenas en marzo pasado, Carrillo dio a conocer que se había contagiado del coronavirus. Su vuelta al escenario con el Ballet Estatal de Berlín fue entonces como cuando le dieron por primera vez un rol importante, muy emocionante, por segundos experiencia rara, aunque “de saber que estaba en casa”.
“Tenía una emoción, un nervio, pero positivo. Volver al escenario fue muy lindo, sentir ¡guau! que estaba en el lugar en el que estoy acostumbrada, no un sitio extraño, sino mi hogar. Aquí en Danzatlán me va a pasar lo mismo seguramente, porque tengo dos años que no he estado en México, va a ser un momento muy especial que espero con alegría”, dice a días de la cuarta edición del Festival Internacional de la Danza, a celebrarse del 30 de julio al 7 de agosto, en formato presencial y virtual,y que encabeza junto con ella Mikhail Kaniskin, ex primer bailarín del Staatsballett Berlin y su esposo.
ÔÇôCon la gran carrera que ha hecho en Europa ¿qué necesidad tiene usted de insistir con un festival de danza en México, cuando todo parece ponerse en su contra?
ÔÇô¿Qué necesidad? Que amo a mi país antes que nada. Y algo que necesitamos tener en nuestro país es arte y cultura, más arte y cultura. Necesitamos que la sociedad se transforme y que las nuevas generaciones tengan otra manera de ver la vida, y la danza lo puede hacer, es una herramienta que podemos utilizar. México es un país que tiene todo para poder disfrutar el arte, algo que a nuestra sociedad le hace falta. Por eso insisto: por el amor a mi país y a los mexicanos, para poder transformarlos, el arte y la cultura es algo que debemos impulsar más que nunca.
ÔÇôCon esta cuarta edición, Danzatlán habrá sorteado dos veces la pandemia. ¿Cómo ha sido para usted librar obstáculos?
ÔÇôUna de las cosas más difíciles ha sido no tener la constancia, esa posibilidad de estar siempre en el escenario, poder bailar, seguir nuestras rutinas, ocupar nuestro espacio. No poder estar constantemente en el escenario ha sido muy difícil para todos, mantenernos en forma en lugar que no son los adecuados ni ideales, y que tu mente y corazón conserven la esperanza de que en algún momento las cosas van a estar bien. Por otro lado, ha sido difícil no contar con la cercanía de tus seres queridos o la de los bailarines. Hemos empezado a entrenar, a bailar, pero hasta la fecha no hemos tenido un ensayo con todos los bailarines, con toda la compañía, todo ha sido con grupos pequeños. Extraño esa cercanía con el público, con las personas, tener funciones con muchos bailarines. Son cosas que me han faltado mucho, por lo que ahora estoy muy contenta de sentir que poco a poco volvemos a lo que era antes.
ÔÇô¿Va a participar como bailarina en Danzatlán?
ÔÇôClaro que sí, vamos a bailar.
ÔÇô¿Por qué ahora las funciones presenciales de Danzatlán sólo serán en escenarios del estado de México y ya no en lugares de la capital como Bellas Artes, por ejemplo?
ÔÇôYo soy del Estado de México. El gobierno y la Secretaría de Cultura mexiquenses siempre me han apoyado bastante, tienen mucho interés en que Danzatlán siga siendo parte de los mexiquenses. En esta ocasión es el Edomex el que nos está apoyando, es el apoyo que hemos tenido, y por eso será allá.
ÔÇô¿Qué pasará este año con las becas que gestiona su Fundación Elisa Carrillo Cabrera?
ÔÇôLa Fundación no otorga becas, sino el gobierno del Edomex. La situación es difícil, el presupuesto ha cambiado, y este año no se llevarán a cabo. Pero mi fundación sigue trabajando y tratando de conseguir cosas para que los niños sigan luchando por sus sueños, y vemos la manera de apoyarlos.
ÔÇôUsted es co directora de la Compañía Nacional de Danza del Inbal ¿cómo ha sido este año su relación con ella?
ÔÇôLos bailarines de la Compañía ahora están en su periodo vacacional. Hemos tenido situaciones difíciles en las que no han podido regresar al ciento por ciento; muchos bailarines no han podido volver al entrenamiento, al escenario, pero estuvimos trabajando en línea, teniendo clases y funciones en línea. Los bailarines han estado activos, pero sin la oportunidad de volver al ciento por ciento a escenarios y entrenamientos, ha sido solo por etapas, en ciertos momentos se han tenido que quedar en casa por los decretos (sanitarios) que no permiten al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura regresar. Ha sido un año difícil, pero seguimos presentes, trabajando; los bailarines se siguen preparando mucho. Estoy contenta de que a pesar de la situación, ellos no pierden la esperanza y motivación.
ÔÇô¿La CND va a participar este año en Danzatlán?
ÔÇôNo, no van a formar parte de Danzatlan. El festival tiene pocos días, y la CND está de vacaciones.
ÔÇôDespués de ganar todo en la danza, en el escenario ahora de la pandemia ¿cuál es su reto a largo plazo?
ÔÇôLograr transformar algo; que la danza y la cultura puedan llegar a formar parte de la sociedad, puedan apoyar a cambiar la situación tan violenta en México, que poco a poco esto sea parte de nuestro país. Y, por otro lado, el gran reto de seguir trabajando con mi fundación, que Danzatlán crezca, apoyar a nuevas generaciones. Y, como bailarina, bailar nuevas cosas, trabajar con nuevos coreógrafos. El reto más grande es sobrevivir a toda esta situación y salir adelante y no perder la motivación. Esta cuarta edición de Danzatlán, por eso, es la de la esperanza, no perdemos la esperanza a pesar de la pandemia.
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