Unas 200 toneladas de bloqueador solar al año son insertadas a las aguas del Mar Caribe mexicano por los más de 16 millones de turistas que visitan la entidad, lo cual representa una amenaza para la supervivencia de los arrecifes de coral, reveló un estudio.
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En la investigación liderada por Diego Armando Casas Beltrán, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), Unidad Ciencias del Agua, en el que participaron otros seis científicos, se da cuenta del daño al ecosistema del uso de protector solar.
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Aunque protege contra los riesgos de daño cutáneo, la aplicación generalizada de bloqueadores solares plantea un riesgo para los ecosistemas acuáticos, arranca el trabajo inquisitivo.
Y es que cuando las personas participan en actividades acuáticas, un porcentaje del protector solar aplicado a la piel se vierte en el agua.
Tan solo en 2019 a los cinco destinos más concurridos de la entidad llegaron más de 15 millones de turistas, de acuerdo con la Secretaría de Turismo (Sedetur), la mayoría para realizar turismo acuático, en el mar, en cenotes, grutas y demás ríos subterráneos, ante lo cual se protegen del sol con cremas que resultan peligrosas.
“Las sustancias contenidas en los filtros solares son altamente peligrosas si continúan llegando a los sistemas acuáticos porque tienen efectos endocrinos y cancerígenos, e incluso con altas dosis de exposición, se ha demostrado su letalidad en organismos indicadores”, advierten.
El protector solar es una mezcla de sustancias orgánicas e inorgánicas, por ejemplo, glicerina, vitaminas, silicona, derivados de benzotriazol y compuestos derivados del nailon, que se diseñaron para proteger la piel de la radiación solar.
El componente con mayor probabilidad de estar presente en el agua, por ser fundamental para las mezclas de filtros solares, es la oxibenzona, la cual debe evitarse por los turistas.
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“La descarga de protector solar en los sistemas acuáticos depende de varios factores, incluido el número total de turistas en una región y las regulaciones impuestas por los sitios turísticos y la legislación ambiental que rige el uso de filtros solares. La descarga total estimada de protector solar (TDS) en Quintana Roo es alta. En 2019, estimamos que se vertieron entre 231 y 313 toneladas en ecosistemas acuáticos frescos y marinos. Encontramos que las mayores cantidades de protector solar se descargaron en las playas, seguidas de sumideros y finalmente en los parques acuáticos del interior”, reveló el estudio.
“Además, nuestro análisis de la descarga estimada durante los últimos 12 años demostró un aumento en la descarga de protector solar en playas, parques acuáticos y cenotes. Las mayores descargas de bloqueador solar ocurrieron en los destinos turísticos de Cancún y la Riviera Maya, donde estimamos que se descargaron más de 500 toneladas de bloqueador solar en los últimos 12 años. Isla Mujeres y Chetumal son los municipios con menor descarga total estimada de protectores solares”, añaden.
Otro de los temas a resaltar para los autores es que, de las 17 áreas marinas protegidas locales, dos de ellas no cuentan con programas de manejo y, por lo tanto, no hay regulación sobre el uso de protector solar. De las 15 áreas marinas protegidas restantes solo 11 regulan el uso de protector solar. Por lo tanto, solo el 65% de las áreas marinas protegidas del Caribe mexicano cuentan con regulaciones específicas sobre el uso de filtros solares.
Todo lo cual contamina las aguas dulces y saladas de la península de Yucatán, poniendo en jaque la salud de los arrecifes de coral, ya severamente impactados por el síndrome blanco.
Pese a la contaminación no existe regulación a nivel estatal sobre el tema, hacen notar.
Ricardo Hernández