Por Ricardo Hernández
CANCÚN, Q. Roo.- Para contar con un reglamento uniformado de lo que se puede o no hacer con el sargazo en mar, costas o áreas Naturales Protegidas, es necesario una Norma Oficial Mexicana, coincidieron especialistas.
Desde el 2015, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó los Lineamientos de Recolección y Remoción del Sargazo.
Al ser el arribo masivo de la macroalga un fenómeno reciente, dichos lineamientos no contemplaron actividades como la recolección en el mar y otros tantos temas.
Por lo anterior, las normatividades se actualizaron en 2017 para incluir más estatutos sobre el tema. “Están, pero no son suficientes”, sopesó María del Carmen García Rivas, presidenta del Parque Nacional Arrecife Puerto Morelos.
“Hace falta una reglamentación formal para recolectar el alga para aplicarlo a todos”, consideró.
Según explica el Gobierno, las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) son regulaciones técnicas de observancia obligatoria expedidas por las dependencias competentes, que tienen como finalidad establecer las características que deben reunir los procesos o servicios cuando estos puedan constituir un riesgo para la seguridad de las personas, o dañar la salud humana; así como aquellas relativas a terminología y las que se refieran a su cumplimiento y aplicación.
Las NOM deben ser revisadas cada cinco años a partir de su entrada en vigor. De implementarse una para la macroalga, podría especificarse las tareas, permisos, sanciones, prácticas que se pueden o no hacer en su recolecta sea en playa, mar, en áreas Naturales Protegidas o cualquier otro lugar.
También se regularía la categorización del sargazo, pues depende dónde se encuentre, cambia su definición y también cambia la instancia a cargo. Si se encuentra en el mar, aún vivo, es un recurso pesquero y tiene que tratarse como tal; es la Conapesca la instancia vigilante.
Por otro lado, si se halla en la playa, muerto, se considera como un residuo sólido y contaminante, por lo que necesita otro tratamiento y otro organismo interventor.