El secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), Edmundo Jacobo Molina, presentó su renuncia a ese cargo con carácter de irrevocable.
En conferencia de prensa, el funcionario, que fue cesado como consecuencia inmediata del Plan B de la reforma electoral y repuesto en su cargo por ordenamientos judiciales, dijo que se va porque, en las últimas semanas, adquirió protagonismo político que hace inviable que pueda seguir en el trabajo técnico y discreto de coordinar a las áreas ejecutivas del instituto.
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Indicó que no fue presionando ni amenazado para dejar su puesto, sino que las condiciones, dijo, de sobrerrepresentación política que adquirió tras su despido y regreso al organismo, no permiten que siga en esa labor.
Señaló al presidente Andrés Manuel López Obrador por manifestar dichos inexactos sobre su cargo y trayectoria política, lo que, aseguró, empaña la política.
Jacobo Molina aseveró que presentó su renuncia días antes de que sea nombrada la nueva presidenta del INE, para que no se malinterprete que es a causa de la persona que fue designada.
Sobre cómo queda la operación del instituto, debido a que la mayoría de integrantes de la Junta Ejecutiva también presentaron su renuncia, señaló que el INE no es una sola persona y la institución seguirá operando en la organización de las elecciones de las gubernaturas del Estado de México y Coahuila.
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Aunque señaló que Jesús George Zamora le ha dado un uso político a la Contraloría del INE, dijo que se va tranquilo y no teme que se abran futuras investigaciones en su contra, pues en más de 10 años su labor fue objeto de múltiples auditorías.
Informó que a partir del 4 de abril se nombrará a encargados de despacho y la nueva presidenta tendrá la facultad de proponer al Consejo General a quien podría ocupar la titularidad de la Secretaría Ejecutiva.