Con una historia que se remonta a la Edad Media, París ha mantenido su estatus como una de las capitales gastronómicas más importantes del mundo durante seis siglos. En la actualidad, la ciudad acoge una nueva exposición en la Conciergerie de París, patrocinada por el Centro de Monumentos Nacionales francés, que celebra esta larga tradición culinaria.
También te puede interesar: Elena Reygadas, mexicana reconocida como mejor chef del mundo
Aunque sea reconocido por sus funciones judiciales y carcelarias, el palacio en cuestión también tuvo su época como residencia de los reyes franceses, y fue sede de grandes banquetes de Estado. De todos ellos, uno de los más destacados fue el festín real que organizó Carlos V en 1378 para agasajar al emperador romano-germano Carlos IV, un evento que tuvo una importancia tanto diplomática como culinaria, y que marca el inicio de la exposición.
Loïc Bienassis, historiador y comisario de la exposición, destaca que a menudo olvidamos la existencia de la alta cocina medieval cuando habla del festín real mencionado anteriormente. Esta importante ocasión se ilustra en la exposición mediante la exhibición de cubertería de la época, una recreación del menú real y una experiencia inmersiva que transporta al visitante a las cocinas de palacio, permitiéndoles conocer los detalles de este evento histórico.
Una de las tradiciones culinarias de la capital francesa se presenta en El Arte del Banquete, el cual ha recibido a figuras importantes como Catalina de Médicis, la reina Isabel II y los líderes de la COP21 en 2015.
La exposición sobre el “vientre de París” sugiere visitar los antiguos mercados o ‘halles’ de la ciudad para conocerlo bien. Hasta los años 70, estos mercados permitían a los trabajadores y clientes intercambiar una amplia variedad de productos de toda Francia y dieron origen a una comida icónica: la sopa ‘gratinée’, una versión de la tradicional sopa de cebolla con la adición de queso parmesano.
Según Bienassis, la mayor contribución de la cocina francesa de París al mundo gastronómico son los restaurantes, una invención de mediados del siglo XVIII. Estos son atractivos por su ambiente refinado y la alta calidad de los platos que ofrecen, junto con una amplia variedad de productos como quesos, espárragos y otros ingredientes diversos.
Para este historiador, el restaurante ha sido un “vehículo” que permitió que la cocina francesa se difundiera por todo el mundo. Posteriormente, evolucionó hacia el ‘bouillon’ y el ‘bistrot’, establecimientos que permitían a las clases más modestas acceder a ellos.
París es una ciudad influyente e influenciada por todo el mundo, que cuenta con una gran diversidad gastronómica y aún hoy ocupa un lugar privilegiado en el imaginario culinario. Según Rives, “lo que caracteriza a París es su historia”, pero es la ciudad quien mantiene su prestigio y lo renueva constantemente gracias a la creatividad de los chefs que acoge, ya sea de otras partes del mundo o de distintas regiones francesas.
No te vayas sin leer: Comida vegana, una opción de estilo de vida
En resumen, París es una ciudad icónica en la cultura culinaria mundial, que ha contribuido con invenciones culinarias como los restaurantes y ha evolucionado para incluir opciones más accesibles como los ‘bouillons’ y ‘bistrots’. Su historia y creatividad culinaria la mantienen en un lugar privilegiado, y su diversidad gastronómica sigue atrayendo a visitantes de todo el mundo.