La Secretaría de Turismo local de Nuevo León ha declarado la gastronomía de la región como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado durante el festival “Calor, Aroma y Sabor”, celebrado el pasado fin de semana.
El objetivo principal de este reconocimiento, según la Secretaría de Turismo de Nuevo León, es fomentar el turismo en la zona y exhibir una parte fundamental de la cultura estatal.
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“Nos proponemos preservar los platos típicos y tradicionales, con el propósito de crear una experiencia culinaria que promueva el destino, estableciendo así una base sólida de la cultura neoleonesa e incentivando el desarrollo de proyectos emprendedores”.
Cabrito:
Sin duda, uno de los platos más reconocidos de la gastronomía de Nuevo León es el cabrito. Este se puede preparar de diversas formas, aunque la más popular es al estilo pastor. Se sacrifica un cabrito de tan solo 30 o 40 días de vida y se asa en una vara de metal sobre carbón o leña.
Machaca con huevo:
Nada mejor para comenzar el día que una deliciosa machaca con huevo. Según la receta tradicional, se prepara con carne deshebrada, huevos revueltos, jitomate, cebolla y chile.
Declaran a la gastronomía de NL, Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado
Empalmes:
Los empalmes son otro plato típico de los desayunos regiomontanos. Consisten en dos tortillas doradas, pasadas por manteca de cerdo, rellenas de frijoles, queso, chicharrón o carne deshebrada.
Cuajitos:
En Nuevo León, una manera común de combatir la resaca es disfrutar de un caldo de cuajitos, que incluye trozos de carne y se sazona con cebolla, ajo, tomate, chile rojo, pimiento morrón, comino, orégano, pimienta y sal.
Carne asada:
Más que un simple plato, la carne asada es toda una tradición que sirve como pretexto para reunirse con familiares y amigos. Entre los cortes más utilizados se encuentran el rib eye, la aguja, la picaña, el New York, la arrachera, el cowboy y el porter house, entre otros.
Glorias:
Posiblemente, el dulce más representativo del estado de Nuevo León sean las glorias. Estas delicias consisten en leche quemada rellena con nueces y envueltas en papel celofán rojo. Algunas versiones explican que su nombre se debe a que son una verdadera “gloria” para el paladar.