Octavio Santiago Martínez lleva 14 años como chef del Kiosco Verde, ubicado en Puerto Juárez, un restaurante de mariscos fundado por su padre en 1974 y que este martes fue seleccionado por la Guía Michelin como uno de 13 establecimientos de Quintana Roo, recomendados para deleitar el paladar.
En un principio a lo que le apostaba era a los hoteles, pero su vida cambió cuando su hermana le avisó que su papá iba a cerrar el establecimiento familiar.
“Me estaba peleando con él por esa decisión, pero me convenció de que habláramos y al final nos dejó un monto de 200 mil pesos en producto. Empecé a hacer un poco de lo que quería mostrar, fuimos de los primeros lugares en Cancún en proponer una gastronomía de mar diferente”.
Octavio Santiago Martínez, chef.
Este chef cancunense de 40 años comentó que tras echar a andar esta propuesta, mucha gente que ya no iba al restaurante, regresó.
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Los mariscos, una de sus especialidades
“La gente joven empezó a llegar a probar las tostadas y las empanadas, mientras los papás pedían su pescado frito”, dijo.
Y agregó: “de mi cocina empezó a salir una variedad que va desde lo clásico hasta lo más creativo, fue un boom”.
Mantenerse no ha sido fácil, aclara, años más adelante se crean otros restaurantes en la zona que se vuelven la novedad, un fenómeno muy común.
Octavio afirma que los viajes lo ilustran para mejorar los platillos que conforman su menú y así se inspira para innovar desde hace más de una década.
“Por ejemplo, la Ciudad México tiene una propuesta muy actual, me guío mucho por los sabores, soy de intentar muchas veces las pruebas de un plato”, destacó.
Menú variado, además de mariscos
El menú tiene un abanico de variedad con más de 26 combinaciones, gorditas de chicharrón con pulpo, ostiones, pescado frito, empapelado y pulpo zarandeado.
Asimismo, tostadas de pescado con chapulines, mantarraya, callo de hacha y diversos tipos de ceviches.
A la marisquería Kiosco Verde, nombre que le puso su papá oaxaqueño al ser amante de ese color, representativo de las plantas y de la naturaleza, llega gente local de toda la vida.
Muchos llegan a recordar alegrías que les trae el lugar, otros a llorar las penas, también llegan turistas, muchas parejas y familias también llegan a comer.
Patrimonio familiar
Antes de 1974 este lugar era una tienda de abarrotes, después empezaron a vender caldo de res, relleno negro y cervezas.
Luego, un amigo le dio la idea de que lo convirtiera en marisquería por la cercanía con el mar y las cooperativas pesqueras.
“Este patrimonio familiar con la recomendación por parte de Guía Michelin tendrá otro aire, muchas personas irán por la curiosidad o la inquietud, además de los de siempre, estará de moda, entonces es una responsabilidad mayor, voy a tener que reorganizarme”, comentó el chef.
“Le vamos a echar más ganas porque mi sueño es remodelarlo, es un compromiso con la gente que vaya, un proyecto de Quintana Roo, y nosotros los que estamos nombrados tenemos que hacer las cosas bien, no podemos quedar mal”, concluyó.