Los efectos de la bala disparada por Thomas Crooks que perforó la oreja de Donald Trump, tiene hasta el momento una víctima directa, que es la candidatura a la reelección del presidente Joe Biden.

El efecto catapulta que esperaba Trump, al querer victimizarse en una acción instintual de marketing, no se logró. Sus números no se movieron y sí se detuvo su tendencia creciente que venía registrando ante un Biden senil que perdía la memoria cada vez más frecuente y notoriamente.

En tres o cuatro días las cosas dieron un giro de 180 grados. Se desató una vorágine mediática y política ante la bala fallida. La aburrida campaña estadounidense que ya se veía como una masacre de Trump sobre Biden (por eso pedían insistentemente que renunciara), se tornó en nuevos escenarios con la declinación de Biden y al brindar su apoyo a la vice presidenta Kamala Harris, quien de inmediato recibió el respaldo de los barones del Partido Demócrata.

Al cerrar este mes de julio, la campaña dio un giro y puede ganar tanto Kamala como Trump. Incluso algunas encuestas serias dan arriba a Kamala (44 por ciento) sobre Trump (42 por ciento).

Trump, a la defensiva

Por primera vez vemos a un Trump a la defensiva. Reclamó a Kamala, por ejemplo, haber recopilado unos 90 millones de dólares en escasas horas y que era ilegal porque parte de esos recursos venían desde la precampaña de Biden.

Argumentos que causaron extrañeza porque apenas dos días antes presumía el ofrecimiento de Elon Musk de inyectarle a la campaña de Trump 20 millones de dólares cada mes.

Ahora bien ¿a México qué le conviene más? Que gane Kamala o Trump, los mexicanos no ven mucha diferencia. Una encuesta señala que 63 por ciento de la población considera que ninguno de los dos va a ser más tolerante con los connacionales. En esa misma encuesta 32 por ciento prefieren a Kamala y sólo cinco por ciento a Trump.

Depende más de la persona y no del partido (Demócrata o Republicano), además del contexto internacional. 

Quizá emocionalmente los mexicanos tengan más afinidad con los demócratas y con más razón en este caso, cuando Trump se muestra abiertamente contra los inmigrantes y ha reiterado que seguirá construyendo el muro que, además, pagarán los mismos vecinos del Sur. En este caso la tendencia mexicana está a favor de Kamala.

A nivel internacional tampoco hay una garantía que Kamala sea pacifista o alguna afinidad con los débiles en las guerras que pelean EU y sus aliados en el mundo, como Gaza y Ucrania. De hecho, en algún momento, Kamala se ha manifestado por reforzar a Israel y armar más a Zelensky.

Por lo pronto, ya sin la carga de ser el candidato, el aún presidente Biden, envalentonado afirmó: “Ya le ganamos a Trump una vez y le vamos a ganar otra vez”. Usted tiene la última palabra.

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