Los jóvenes de la Selección de España fueron piezas fundamentales para la obtención del título de la Eurocopa Alemania 2024, contraste del proceso de los jóvenes mexicanos, quienes fueron un rotundo fracaso en la Copa América 2024.
Lamine Yamal, estrella de 17 años de edad perteneciente al Club de Fútbol Barcelona, tuvo cuatro asistencias y un gol espectacular en el torneo más importante de Europa, titular con su selección, delantero rápido y gambetero, arropado por su entrenador tanto en el club como en la selección mayor.
Nico Williams, delantero de 22 años del Athletic Club, en La Liga Española y delantero por una banda en la Selección de España, consiguió un gol y una asistencia en la Eurocopa 2024, parte fundamental de su entrenador para guiar a su país al título más deseado en “El Viejo Continente”.
México: Santiago Giménez, delantero del Feyenoord, de Holanda, subcampeón de goleo en la temporada antepasada y tercer lugar de goleo en la temporada anterior, ningún gol y ninguna asistencia en la Copa América 2024, jugó pocos minutos por decisión del entrenador de la Selección Mexicana en el proceso previo, además de que el sistema de juego no va con su estilo.
Marcelo Flores, con 20 años de edad es jugador de Tigres y exjugador del Arsenal de Inglaterra, pocas veces convocado a la Selección Mexicana y durante la Copa América fue banca; al parecer no es del agrado del entrenador.
Hoy sólo pusimos los casos concretos de dos jugadores de España y dos jugadores de México para ejemplificar los procesos contrastantes de ambos países y los resultados obtenidos a nivel de selección.
En el caso de España, cuentan con una de las mejores ligas del mundo, todos los jóvenes sueñan con jugar ahí, pero más allá de eso, los países europeos tienen un proceso de formación diferente y los jugadores privilegian lo deportivo sobre lo económico, sabedores que a la larga el dinero llega solo.
México en cambio, cuenta con una liga de tercer mundo, por debajo de la de España, Holanda, Inglaterra, Alemania, Brasil y Argentina, y ahora por si fuera poco, Estados Unidos con la MLS, nos gana en los torneos de la zona y a nivel de selecciones también.
Los jugadores de México, al debutar en la Liga MX, tienen pocas oportunidades debido al gran número de extranjeros que se permite en cada equipo, lo que resta lugar para los nacionales; sin embargo, los pocos que llegan y destacan, de inmediato los medios de comunicación los “inflan” y los convierten en “diamantes” y futuros jugadores de Europa.
Pero, a la hora de que algún equipo ya sea de media tabla, o de milagro algún equipo importante muestra interés, los precios que ponen los dueños de los equipos en México, obstaculizan su salida y se quedan en territorio nacional.
Por su parte, los dueños de equipos europeos piensan: “¿Por qué voy a pagar 15 millones de dólares por un jugador mexicano que no sabemos si va a rendir en el campo? Y mejor optan por dos o hasta tres de Argentina, Brasil o de Uruguay que aún están en desarrollo, pero con hambre de triunfo.
En la Selección Nacional, es otro cantar; el Director Técnico, casi siempre es uno al inicio del proceso mundialista y otro el que llega a la justa, y casi siempre ponen por delante a los jugadores de mayor jerarquía mediática y frenan a los jóvenes.
¿Por qué llamar a jugadores jóvenes y no permitirles el juego con el pretexto de que no tienen experiencia, mientras que países como Francia, España y demás europeos tienen jugadores campeones del mundo a los 20 años? ¿Hasta cuándo vamos a entender que los jóvenes no son el futuro, sino el presente?
Reduzcamos el número de extranjeros en la Liga MX, hagamos obligatorio alinear a un jugador menor de 19 años nacido o naturalizado mexicano, bajemos los precios de los jugadores mexicanos para que logren emigrar a Europa conservando un porcentaje de su carta para ganar con futuras ventas.
A la larga, esto dará beneficios al país y por fin la Selección Nacional podrá dar el paso en las justas mundialistas, y dejar de ser la selección del “ya merito” o de “jugamos como nunca, pero perdimos como siempre”.
Nos leemos el próximo lunes y no dejes de echar… La Cascarita.