Como cada edición de los Juegos Olímpicos, y ahora en París, la situación no ha cambiado, algunos atletas mexicanos llegan como fuertes prospectos a llevarse “El Oro” en la justa veraniega de cada cuatro años, pero al final, sólo unos cuántos lo logran; sin embargo, seguimos justificando los malos resultados.

Alexa Moreno llegó a París 2024 como la esperanza de México para llevarse una medalla de oro en gimnasia, en específico en salto de caballo, disciplina en la que se llevó el primer lugar de la copa mundial, que la puso como la mejor del orbe.

Por algún motivo, casualidad, descuido, error, Alexa no tuvo su mejor participación y no pudo concluir sus saltos; se retiró lesionada, quedó sepultada la esperanza dorada de un país. Aclaro que este caso es especial pues fue por lesión, no por mal desempeño.

Sin embargo, llegó como la mejor y no pudo refrendar su dominio en una prueba que por mucho la ha llevado a niveles inimaginables para una atleta mexicana en esta disciplina, que ya cuenta con sus propia muñeca de una reconocida marca, además de una tira cómica y es parte de un anime.

El equipo femenil de Tiro con Arco pudo llevarse una medalla al menos de plata, pero en la semifinal fueron víctimas de sus nervios al iniciar la eliminatoria en la que cayeron contra sus rivales de China; tenían las herramientas para superarlas, las habilidades y la experiencia de Alejandra Valencia.

Al final, cayeron ante las asiáticas y en el duelo por el tercer lugar dieron muestra de su poderío al vencer contundentemente a Países Bajos y ganaron la medalla de bronce, la primera para México en estos Juegos Olímpicos de París, histórico resultado. Sin demeritar el bronce, creo que pudieron pelear por el oro.

Marcos Madrid, mexicano que acudió a los Juegos Olímpicos en la disciplina de tenis de mesa, si bien no era el favorito cayó fácilmente ante el representante de Alemania, pero en este caso todos justifican que no era favorito, que lo hizo muy bien, que para ser la primera vez estuvo a la altura. Mentira, no tiene el nivel para la justa, pésimo resultado; tendrían que decírselo para que busque mejorar en lugar de darle por su lado.

Sofía Reinoso, participante de canotaje terminó en el lugar 21, no avanzó, no estuvo cerca de las medallas, tampoco era la favorita y la opinión de los narradores de algunas de las televisoras nacionales dijeron que superó sus marcas y que estuvo bien para ser mexicana.

El nadador Miguel Lara buscaba su pase a la final de 100 metros estilo pecho. A pesar de llegar en segundo lugar en su hit, fue descalificado por una patada de delfín que no está permitida; todos justificaron que llegó en segundo, que era candidato, que qué hubiera pasado si no lo descalificaban.

No señores, no es posible que en la competencia de más alto nivel sea descalificado por una equivocación de ese tipo, años de entrenamiento y todo el proceso se vino abajo por un error de concentración. Pésimo resultado.

Ejemplos hay muchos, lo que debemos de dejar de hacer es justificar los malos resultados, que mejoraron sus marcas personas, y qué, no van a competir contra ellos mismos, van contra los mejores del mundo, no van por tiempos, van por medallas, por ser el mejor o la mejor.

Dejemos de tener esa mentalidad de quedar entre los 10 primeros y busquemos ser el primer lugar. Y la gente que cuestiona a los que critican los malos resultados generan también mediocridad, mentalidad ganadora es lo que hace falta y los que la tienen como, Hugo Sánchez, los tachan de locos, egocéntricos y presumidos.

Mención aparte es la falta de apoyo a los deportistas de alto rendimiento que en ocasiones tienen que buscar recursos para su equipo, viajes y participaciones internacionales; se necesita procesos completos, integrales y de formación como en países como Cuba, cuyos atletas son becados y viven del deporte sin tener que preocuparse por el dinero, lo que genera resultados, medallas y campeonatos.

Aún faltan atletas mexicanos por participar en París 2024. Ojalá que se logren resultados históricos y superar las cuatro medallas obtenidas en Tokio 2020.

Nos leemos el próximo lunes y no olviden echar… La Cascarita.

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