El periodismo independiente ya no sólo es una idea en la mente de periodistas que salieron de los medios tradicionales, se ha convertido en proyectos con alto valor en su contenido y financieramente sustentables, con base en nuevos modelos de monetización. Han encontrado en Internet una vía potente de difusión, desde Estados Unidos hasta Argentina.
Los medios independientes han encontrado nuevos horizontes en el fact checking, que combate la desinformación no sólo con rigor periodístico sino mediante una metodología. O bien, en el periodismo de nicho, con proyectos que dan voz a la diversidad sexual o las víctimas de violencia.
Hay proyectos que rescatan el periodismo de datos, así como los que apoyan a una comunidad con periodismo de servicio o aquellos que sólo hablan de finanzas para mujeres.
Lo que ha hecho el periodismo independiente, a diferencia del que hacen los medios tradicionales, es que gracias a los nuevos esquemas de financiamiento, les permite contar las grandes historias mediante reportajes de investigación.
Ejemplos los hay, tan sólo baste decir que desde Estados Unidos hasta Argentina, incluyendo a España y no a Brasil, hay 982 medios de 24 países, mapeados por la organización Sembramedia, que desde 2015 empezó a estudiar a los emprendedores de medios.
Para Sembramedia, Argentina, México y Colombia encabezan la lista de los sitios de su directorio.
Sobre su fuente de ingresos, la publicidad está en primer lugar con 55.5 por ciento; la publicidad local vendida por el equipo, 39.6 por ciento; ingresos por apoyo de la audiencia, 35.8 por ciento; servicios de consultoría, 30 por ciento; subsidios o grants, 29.3 por ciento; servicios de contenido, 25.5 por ciento; donaciones individuales, 21 por ciento; creación de contenidos para clientes que no son medios, 20.5 por ciento; publicidad programática (Google AdSense), 20.3 por ciento; contenido patrocinado o native advertising, 17.5 por ciento y servicios de entrenamiento para otros clientes (no periodistas), 12.4 por ciento.
Con un dígito, se encuentran las siguientes fuentes de ingresos: Producción de contenido para otros medios, 9 por ciento; servicios de desarrollo tecnológico, 9 por ciento; campañas de crowdfunding, 8.9 por ciento; venta de entradas para eventos, 8.8 por ciento; membresías, 8.7 por ciento; servicios para clientes y otras empresas privadas, 8.7 por ciento; servicios para organizaciones sin fines de lucro, 7.2 por ciento; desarrollo de productos y ventas, 7 por ciento; servicios de entrenamiento para periodistas, 6.2 por ciento y subvenciones de Gobiernos locales y nacionales y/o otras instituciones o entidades gubernamentales, 6.2 por ciento.
En este listado de fuentes de ingresos, sorprende que no estuviera el muro de pago, que es una barrera virtual que se establece en un sitio web o plataforma digital para limitar el acceso gratuito al contenido y requerir un pago para acceder a ciertos artículos, noticias o recursos exclusivos. Un ejemplo de este sistema es el que tiene el periódico Reforma.
Internet hizo posible la multiplicación de proyectos independientes; los periodistas han encontrado en los sitios web una amplia posibilidad para informar y llegar a grandes audiencias; otros, han descubierto en las redes sociales su medio para la autonomía.
Estamos viendo una mutación natural y necesaria del periodismo, abrigada por el ecosistema digital. Pronto los medios tradicionales deberán adoptar los enfoques de monetización y de contenido hechos por los nativos digitales. Ya lo estamos viendo en proyectos como Astillero Informa y Los Periodistas (Sin Embargo), se trata de veteranos integrándose con equipos muy jóvenes. Por ahí va la tendencia que llegó para quedarse.