María Magdalena Vázquez González, investigadora de la Uqroo.
La investigadora María Magdalena Vázquez González, destacó la falta de estrategias de mitigación frente al impacto ambiental que ocasiona el Tren Maya. Credit: Especial.

La construcción del Tren Maya, que abarca 5,610 hectáreas de selva en la península de Yucatán, ha generado un impacto crítico en la biodiversidad edáfica, elementos esenciales para la regulación climática, la seguridad alimentaria y la protección de la biodiversidad en el suelo.

La profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de Quintana Roo (Uqroo), María Magdalena Vázquez González, destacó la falta de estrategias de mitigación frente al impacto ambiental que ocasiona la obra en la biodiversidad de los suelos.

Efectos de la deforestación en los organismos del suelo

Durante el IX Seminario Binacional México-Belice: Desarrollo Sustentable en la Frontera, Vázquez González presentó avances de su estudio sobre el impacto del Tren Maya en la biodiversidad de los suelos, confirmando que la deforestación para la construcción de vías férreas causó el desplazamiento de especies edáficas como ácaros, insectos, bacterias, hongos y algas microscópicas.

Estos organismos son fundamentales en la degradación de la materia orgánica y la regeneración del suelo.

“Si perdemos estos organismos, ya no tenemos suelo”, advirtió Vázquez González, resaltando que el suelo restante es en gran medida rocoso, sin capacidad para sostener un ecosistema orgánico saludable.

Falta de permisos complica evaluación precisa

La investigadora indicó que la falta de permisos para realizar estudios de biodiversidad en tramos entre Cancún y Calakmul durante la construcción complicó la evaluación exacta de las especies afectadas.

Sin embargo, aseguró que estudios previos permitirán hacer un comparativo que documente las pérdidas en la biodiversidad, especialmente en zonas de selva alta y acahuales, áreas en recuperación ecológica con una biodiversidad significativa.

Falta de programas de mitigación ambiental por el Tren Maya

Vázquez González expresó la inquietud de la comunidad científica ante la falta de programas de mitigación por parte del Gobierno federal, lo que genera temor sobre posibles efectos irreversibles en el ecosistema de la región.

La investigadora informó que el proyecto de evaluación concluirá en noviembre de este año, aunque se contempla una segunda fase en 2025 para obtener una visión más precisa del impacto total de la obra en la biodiversidad edáfica.

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