Por Jesús Vázquez
El crecimiento hotelero previsto para los próximos años en la zona norte del estado no solo sobrepasa la capacidad de carga de los ecosistemas naturales en los que está soportada la industria turística, sino que apunta a una masificación mucho mayor del turismo que tenderá a abaratar el destino, consideró en entrevista la doctora de la Unicaribe, Christine McCoy.
Lo que muestra hasta el momento la tendencia de los últimos años en Cancún es que va en contra de los tres elementos que conforman el concepto de sustentabilidad que en sus orígenes sí tuvo el destino: capacidad de carga ambiental, carga económica y carga social.
Las evidencias de que está rebasada la capacidad de carga ambiental se pueden observar en la permanente erosión de las playas, la contaminación de la laguna Nichupté y el deterioro de la barrera arrecifal que corre paralela a la costa.
En el apartado de la carga social, han desaparecido las playas públicas acaparadas poco a poco por los hoteles, lo cual afecta el disfrute y el acceso de la comunidad de sus propios recursos naturales, impidiendo crear arraigo e identidad con su propio entorno, explicó.
En el apartado de carga económica, al existir ya 40 mil cuartos en la Zona Hotelera, 10 mil previstos para Puerto Cancún y 25 mil en la zona continental de Isla Mujeres, la tendencia es irreversible hacia una mayor masificación turística que impedirá cumplir con objetivos como el incrementar el gasto promedio del visitante nacional o internacional, impedirá también a los hoteleros vender más caro el destino ante una oferta tan basta como la que ya existe.