Con gran participación de productores de toda la península de Yucatán, se celebró en Kantunilkín la Primera Fiesta de Semillas Criollas en la zona norte de Quintana Roo, un evento clave para la conservación del patrimonio agrícola y cultural del sureste mexicano.
Intercambio de semillas criollas
El evento, realizado en el domo del parque principal de Kantunilkín, cabecera municipal de Lázaro Cárdenas, reunió a campesinos y custodios de semillas tradicionales, principalmente de maíz criollo.

El objetivo central fue preservar, compartir y multiplicar estas variedades que han sido cultivadas por generaciones en los sistemas milperos mayas.
José Olegario Canul Balam, coordinador de Agricultura municipal, destacó que los asistentes se comprometieron a conservar y devolver la misma cantidad de semillas en la próxima edición, para garantizar su reproducción sostenible a lo largo del tiempo.

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Cultura viva: danza, ceremonia maya y resistencia ancestral
La jornada no solo fue agrícola, también estuvo cargada de simbolismo cultural. Un grupo tradicional de Solferino presentó una danza regional, mientras que un sacerdote maya ofició una ceremonia de ofrecimiento a los dioses, reconociendo los ciclos de la milpa y su conexión con la espiritualidad indígena.

Frente a los transgénicos: una defensa comunitaria
Durante la fiesta también se exhibieron productos agrícolas locales, promoviendo la conciencia sobre la importancia de mantener vivas las semillas originales frente al avance de los cultivos transgénicos, que —advirtieron los organizadores— representan un riesgo para la biodiversidad y la salud comunitaria.
Productores del ejido de San Ángel, uno de los grupos más activos del evento, anunciaron el inicio de la siembra de maíz tras las primeras lluvias registradas, retomando con esperanza y compromiso el ciclo agrícola tradicional.