Una bomba política en Morena
Justo cuando Eugenio Gino Segura estaba incrementando su presencia en el estado, en diferente tipo de eventos, desde Morena los delegados recibieron la noticia de que el senador ya no será el ungido para la gubernatura del estado.
¿Quién fue el portavoz de esta bomba política? El mismísimo presidente del Consejo Estatal de Morena, Jorge Sanén Cervantes.
Si el también presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, en el Congreso del estado, tiró esa línea, todo apunta a que la instrucción vino desde la Casa de Gobierno en Chetumal.
Si están bajando al joven ex titular de Sefiplan, las especulaciones se estarán multiplicando en días venideros y la mayoría apuntaría a Rafael Marín Mollinedo, aunque hay quienes por cuestión de género, ya están destapando a la joven Anahí González Hernández. ¿Será?
Siempre no se fue Johana Acosta
Para sorpresa de algunos y para la tranquilidad de otros, durante la décima sesión del Consejo Estatal de Morena se vio a una Johana Acosta más firme que nunca en la presidencia estatal de Morena. Su reinado terminará hasta 2027.
Esto significa que la operación que intentó hacer Jorge Sanén Cervantes no prosperó, lo que confirma entonces la preocupación latente que tienen morenistas de línea dura, de que la mano derecha de Mara Lezama en el Congreso nada más no opera.
Y es que no es lo mismo una regiduría en el ayuntamiento de Benito Juárez, que la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la XVIII Legislatura. Es mucho peso para una persona que no se mueve por las cañerías de la política local.
En el Consejo Estatal, Johana Acosta aprovechó para enviar un mensaje a sus detractores: Morena es un movimiento vivo que se fortalece desde la base, con militantes conscientes y representantes comprometidos, capaces de responder al llamado histórico de transformar el país con justicia y dignidad. ¿Será?
Patadas de ahogado del Comité Central de Lucha
Este lunes continuarán las clases en Quintana Roo, una vez que la base magisterial decidió que no se sumaría a ningún paro laboral. En ese contexto, el Comité Central de Lucha confirmó que no habría parálisis en las escuelas del estado, pero que darían clases bajo protesta.
¿Cómo puede ser así cuando fue la base magisterial la que decidió que no se sumaría a ninguna acción que afecte el ciclo escolar? El Comité Central de Lucha se metió en un brete y lo mejor que se le ocurrió decir es que regresaba bajo protesta.
Los maestros disidentes, que son pocos por cierto, deberían entender que los afectados en su movimiento, que puede ser legítimo, son los estudiantes e incluso los propios mentores, que con paro o sin él, deben afrontar el hecho de que son ellos los que deben alcanzar lo perdido del ciclo escolar. ¿Será?