Una advertencia contundente ha sido emitida respecto a la industria sin chimeneas: el turismo en México, y especialmente en Quintana Roo, debe adoptar un modelo sustentable que integre la conservación de la biodiversidad, o enfrentará consecuencias ambientales graves.

Estas fueron las palabras de Adrián Méndez Barrera, coordinador del proyecto Kuxatur, impulsado por la Secretaría de Turismo con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“El turismo requiere de la biodiversidad para existir, de los paisajes, el agua, los arrecifes; sin ellos, simplemente no hay turismo”, expresó Méndez Barrera.

También destacó destacar la urgencia de cambiar el enfoque actual centrado en grandes desarrollos hoteleros hacia un turismo responsable, que respete tanto al medio ambiente como a las comunidades locales.

Si no cambia modelo turístico, Quintana Roo enfrenta un futuro

Según el coordinador, el desarrollo turístico acelerado en el estado ya está dejando huellas visibles: deterioro de arrecifes, contaminación del agua, y pérdida de manglares, factores que incrementan la vulnerabilidad ante fenómenos naturales como huracanes.

Advirtió que si no se corrige el rumbo, Cancún podría enfrentar un escenario similar al de Acapulco, afectado por años de crecimiento desorganizado y sin planeación ambiental.

Biodiversidad: clave para el bienestar y la economía local

La pérdida de manglares y selvas no solo amenaza la biodiversidad, sino también actividades económicas fundamentales como la apicultura y la agricultura. Estos ecosistemas, explicó Méndez Barrera, ofrecen servicios ambientales esenciales que sustentan el bienestar humano.

Además, alertó sobre el estrés hídrico y la falta de agua potable que ya enfrentan algunas comunidades, lo que evidencia la necesidad de repensar la manera en que se planifican los desarrollos turísticos.

Kuxatur: un modelo para un turismo vivo y responsable

El proyecto Kuxatur (cuyo nombre en maya significa "turismo vivo") tiene como objetivo integrar criterios de conservación y uso sustentable de la biodiversidad en el turismo, especialmente en ecosistemas costeros.

Las acciones del proyecto se implementan en tres regiones clave: Maya Ka’an (Quintana Roo), Oaxaca y Baja California Sur, buscando convertir estos destinos en ejemplos de cómo el turismo puede ser una fuerza positiva para la naturaleza y las personas.

Un llamado a la acción colectiva

Méndez Barrera concluyó con un llamado urgente a los tres órdenes de gobierno y a la sociedad civil: planificar cualquier desarrollo de forma integral, cumpliendo con las leyes ambientales y priorizando siempre la protección de la biodiversidad. Solo así, dijo, se podrá garantizar un futuro turístico verdaderamente sustentable en México.