El acelerado crecimiento urbano en Quintana Roo ha superado la capacidad de infraestructura hídrica.
Esta situación genera serios problemas de saneamiento, sobre todo en colonias irregulares y comunidades rurales sin acceso a sistemas adecuados de drenaje y tratamiento de aguas residuales.
Así lo aseguró Gonzalo Merediz Alonso, presidente del Consejo de Cuenca de la Península de Yucatán (CCPY).

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Crecimiento desordenado agrava la crisis en Quintana Roo
Advirtió que, si bien ha habido esfuerzos importantes para dotar de drenaje y plantas de tratamiento a las ciudades del estado, el ritmo de expansión ha provocado un rezago crítico.
“Ha habido esfuerzos grandes en Quintana Roo para que haya drenaje y plantas de tratamiento, pero el problema es que las ciudades crecen muy rápido.
Aunque hay zonas sin contaminación, en las manchas urbanas el problema se agrava debido al crecimiento desordenado”, señaló.
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Contaminación del agua en zonas rurales
En las zonas urbanas, el principal desafío es reducir la contaminación del agua potable. Sin embargo, en áreas rurales y asentamientos dispersos, la situación es aún más delicada.
Muchas de estas comunidades dependen de fosas sépticas o biodigestores que no funcionan adecuadamente ni reciben mantenimiento.
“En esas zonas, la inversión es más cara y se necesita una planificación con escala de crecimiento para resolver el rezago”, agregó Merediz Alonso.
La preocupación por la vulnerabilidad del acuífero y la calidad del agua subterránea también ha motivado acciones de monitoreo e investigación.

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Acciones científicas para enfrentar la crisis
El Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) firmó recientemente un convenio con el ayuntamiento de Benito Juárez para desarrollar proyectos conjuntos de conservación y análisis de cuerpos de agua en Cancún, incluyendo cenotes, lagunas y humedales.
El investigador Adán Caballero Vázquez, de la Unidad de Ciencias del Agua del CICY, subrayó los riesgos para la salud pública por la posible contaminación de agua potable con aguas residuales.
Indicó que ya se ha elaborado una tarjeta de reporte sobre cenotes urbanos en Benito Juárez, donde se analizaron variables como estado trófico, presencia de microplásticos, indicadores bacteriológicos y virológicos, metales en sedimentos y biodiversidad.
“Ahora se pretende determinar el estado de salud de los ecosistemas, promover el cuidado de los recursos hídricos y plantear estrategias para reducir la contaminación, especialmente por la mala disposición del agua y la ineficiencia de las plantas de tratamiento. Seguimos creciendo y colocando cemento en lugar de árboles”, advirtió.