Mapeo de subsuelo en Chetumal
El Instituto Tecnológico de Chetumal (ITChe) iniciará en los próximos días un estudio detallado del subsuelo en la parte baja de la ciudad, con el objetivo de identificar zonas críticas propensas a inundaciones. Así lo anunció el director de la institución, Mario Vicente González Robles.
Este análisis se realizará con un equipo especializado que arribó a la capital hace un par de meses y será operado por estudiantes de ingeniería civil como parte de su residencia profesional.
Los datos generados permitirán complementar el actual Atlas de Riesgo con información técnica más precisa y detallada.
Tecnología de vanguardia para escanear el suelo
El equipo, valuado en más de un millón de pesos, utiliza drones y tecnología de escaneo que permite obtener imágenes del subsuelo similares a radiografías. Esto representa un cambio significativo en la forma de estudiar las causas de las inundaciones en la ciudad.
“Una cosa es saber dónde se inunda, y otra muy distinta es conocer cómo está el subsuelo y cómo se comporta el flujo de agua bajo tierra”, explicó González Robles.
Gracias a este mapeo será posible detectar capas cavernosas y el comportamiento de corrientes subterráneas, información vital para el diseño de futuras obras de infraestructura hidráulica.
TE PUEDE INTERESAR: Holbox inicia temporada de avistamiento del tiburón ballena
Identificar el origen del problema
Aunque Chetumal ya cuenta con un Atlas de Riesgo que indica las zonas vulnerables, el director del ITChe aseguró que esta nueva herramienta permitirá profundizar en las causas invisibles de las inundaciones.
“Lo que buscamos es saber en qué punto exacto se acumula el agua y cómo fluye debajo del suelo, para diseñar soluciones efectivas”, enfatizó.
Zonas prioritarias: Las Américas, Caribe y centro
El proyecto se centrará inicialmente en las áreas más bajas de la ciudad, como Las Américas, Caribe y parte del centro, donde históricamente se han reportado afectaciones severas durante la temporada de lluvias.
Este esfuerzo representa un paso hacia una planificación urbana más informada, con base científica y tecnológica, que podría reducir el impacto de las lluvias en la capital de Quintana Roo.