427 mil personas sufren carencia alimentaria en el estado

En Quintana Roo, cerca de 1.9 millones de habitantes conviven con una realidad alarmante: el 23.4% enfrenta carencia por acceso a una alimentación nutritiva y de calidad, según el Informe Anual de Pobreza y Rezago Social 2023 del Coneval.

Ante este panorama, el Banco de Alimentos de Cáritas (BAMX) Quintana Roo trabaja desde hace más de una década para mitigar la inseguridad alimentaria, al tiempo que combate el desperdicio de comida y sus efectos ambientales.

La organización, que forma parte de la Red de Bancos de Alimentos de México, ha logrado recuperar millones de kilos de productos en buen estado que, de otro modo, terminarían en la basura.

Triple impacto del desperdicio: social, económico y ambiental

Expertos coinciden en que prevenir el desperdicio de alimentos no solo es viable, sino esencial frente al cambio climático. A nivel ambiental, los alimentos que no se consumen generan gases de efecto invernadero durante su producción, transporte, almacenamiento y desecho. También implican un uso excesivo de agua, suelo y energía.

Desde el ámbito económico, estas pérdidas afectan a productores, comercios y consumidores. Y en lo social, profundizan la desigualdad: mientras millones de personas sufren hambre, toneladas de comida apta para el consumo terminan en los vertederos.

¿Qué se desperdicia y dónde?

Miguel Gutiérrez Pacheco, director del BAMX en Quintana Roo, explica que el desperdicio se clasifica según su etapa:

  • Pérdida: ocurre en el campo, aduanas o tiendas antes de llegar al consumidor.
  • Desperdicio: sucede en hoteles, restaurantes y hogares.

El estudio Medición del Desperdicio de Alimentos en Hogares Mexicanos 2024 revela que Cancún ocupa el segundo lugar en desperdicio de alimentos, entre seis ciudades analizadas. Las principales causas: compras en exceso, almacenamiento inadecuado y desinformación sobre conservación.

En zonas marginadas de Cancún y La Paz, el problema se acentúa durante los fines de semana.

Miguel Gutiérrez Pacheco.
Miguel Gutiérrez Pacheco, director del BAMX en Quintana Roo. Credit: Licety Díaz / 24 HQR

Recuperación de alimentos: una tarea diaria

Cada mes, el Banco de Alimentos recupera unas 200 toneladas de productos de supermercados aliados. Muchos de estos alimentos presentan daños estéticos, como envases golpeados o empaques maltratados, pero siguen siendo aptos para el consumo.

Una vez recibidos, se clasifican y almacenan conforme a una Norma Oficial Mexicana, y se distribuyen en paquetes quincenales de entre 15 y 22 kilos, equivalentes a seis kilos por persona al mes.

De toda la merma, solo el 20% termina en el vertedero. El resto se destina a granjas o se transforma en composta, lo que reduce el impacto ambiental.

Proyectos productivos y tecnología social

El BAMX también impulsa proyectos productivos en comunidades rurales, como en el ejido San Ángel (municipio de Lázaro Cárdenas), donde se cultivan sandías, pepinos y calabazas.

Además, cuentan con la app "Al Rescate", que conecta hoteles y restaurantes con casas hogar y asilos, permitiendo recuperar alimentos sobrantes que son empaquetados, etiquetados y congelados para su redistribución.

Falta compromiso de la industria hotelera

A pesar del potencial, solo 10 hoteles en la zona norte de Quintana Roo donan alimentos, sumando apenas 800 kilos en un mes. “Si el 90% de los hoteles participara, el impacto sería extraordinario”, afirma Gutiérrez Pacheco.

Las barreras: falta de conciencia, miedo a implicaciones sanitarias, complejidades legales y operativas. Por ello, el BAMX trabaja en una guía de vinculación para facilitar donaciones y explicar los beneficios fiscales y la normativa vigente.

Cómo se accede al apoyo del Banco de Alimentos

Laura Rojano Carrillo, coordinadora del área de Trabajo Social, explica que las personas interesadas deben pasar por un estudio socioeconómico y de nutrición. Actualmente, el banco atiende a 15 mil personas, muchas provenientes de colonias irregulares.

El paquete alimentario tiene una cuota de recuperación de 200 pesos (básico) o 500 pesos (completo), lo cual permite mantener la operación de forma sostenible.

Este diagnóstico analiza no solo ingresos y egresos, sino también acceso a servicios básicos, educación, salud y condiciones de vivienda.

Educación en salud y nutrición, clave en la prevención

El BAMX también promueve la salud integral. Emanuel Narváez García, médico pasante de la Universidad Anáhuac, imparte talleres de salud general, realiza brigadas en zonas irregulares y monitorea a pacientes con diabetes e hipertensión.

Por su parte, Dayana Aguilar Pacheco, nutrióloga pasante, atiende a personas con obesidad, problemas de tiroides, hipertensión y diabetes, usando planes adaptados y sostenibles. Su objetivo es que los beneficiarios aprendan a comer mejor con lo que tienen, sin necesidad de dietas costosas.