En Morena se preparan para la elección del 2027 y derivado de las manifestaciones de repudio de los mismos fundadores que señalan una y otra vez que en los cargos de elección popular se ha postulado a los mismos de siempre, se toman nuevas medidas como el derecho de admisión.
Para algunos ya es un poco tarde cuando hay personajes del rancio PRI, aquellos que sólo buscan mantener las prebendas que ello significa, porque ya están adentro y ocupan espacios en Morena, ejemplos en el caso de Quintana Roo: el Chepe Contreras en Bacalar.
Pero el joven partido guinda aún está a tiempo de sacudirse a muchos que se han adherido en estos siete años de Gobierno, el tema es si sus fundadores y referentes tendrán la capacidad de acción y operación el día de las elecciones, porque hay que reconocer también que para eso los políticos hechos en las filas del PRI se pintan solos.
Es ahí donde los morenos tienen que aplicarse, porque la simpatía de los ciudadanos, en su mayoría, aún la tienen; entonces es momento de dejar las quejas a un lado y comenzar a operar en su partido.
De lo contrario, los fundadores se verán siempre en desventaja ante aquellos que provienen de otras fuerzas políticas y que son expertos en el arte de la organización y acarreo electoral, porque se diga lo que se diga, los simpatizantes necesitan ser convocados, apapachados, es decir, mantener aceitada la maquinaria que no es otra que la militancia activa.
Morena está en el momento justo de cerrar la puerta con tres candados y filtrar cuidadosamente a todo aquel que quiera formar parte de sus filas, porque lo lógico es que lleguen a picar piedra y no directamente a las candidaturas a los distintos cargos de elección popular.
Y aunque para algunos ya todos están adentro, no es tan así, ahí vemos a una Lili Campos merodeando desde el cobijo de Ricardo Monreal quien, dicho sea de paso, todo indica que no logrará ni candidatura para su hermano en el estado de Zacatecas.
Como sea, los morenos parece que ya dijeron basta y se pondrán recios a la hora de la elección de candidatos, aunque también es cierto que la última palabra la tendrán las cúpulas de los partidos y los de abajo tendrán que aceptar los acuerdos. Hasta la próxima.