Al menos 50 embarcaciones abandonadas continúan contaminando visual y ambientalmente la laguna Nichupté, uno de los ecosistemas más representativos de la zona hotelera.

Estas naves, en su mayoría de fibra de vidrio, permanecen semihundidas en el canal Sigfrido, generando un impacto negativo tanto en el entorno natural como en la percepción del destino turístico.

Problema sin resolver desde hace años

Francisco Fernández Millar, presidente de la Asociados Náuticos de Quintana Roo (ANQR), denunció que las embarcaciones llevan años en estado de abandono sin que las autoridades hayan tomado acciones concretas para su remoción.

Aunque existen acuerdos previos con los gobiernos estatal y municipal, no se ha ejecutado ninguna medida efectiva para el saneamiento de la laguna.

"Estas embarcaciones viejas y deterioradas están junto a las que usamos para el turismo, lo cual es totalmente incongruente con la imagen que debe proyectar Cancún", señaló Fernández Millar. Además, enfatizó que el problema afecta directamente al sector náutico, que recibe a miles de visitantes cada temporada.

Impacto ambiental y turístico creciente

La acumulación de estas naves abandonadas no solo degrada la calidad visual del paisaje, sino que también representa un riesgo ecológico para la laguna, que ya enfrenta presiones por la actividad turística y el recale de sargazo.

En este sentido, Fernández Millar también mencionó que aunque el sargazo no ha afectado de forma severa las excursiones en motos acuáticas, sí ha complicado su operación por el atasco de la macroalga en las turbinas. En el caso de la pesca deportiva, la presencia del alga reduce su eficiencia al enredarse en los anzuelos.

Alta demanda turística pese a los retos

A pesar de estos desafíos, Ricardo Muleiro López, director de la ANQR, informó que se espera una ocupación del 75 al 80 por ciento en las actividades acuáticas durante la temporada vacacional de verano. Las experiencias más solicitadas incluyen cruces en catamarán hacia Isla Mujeres, jungle tours, recorridos en embarcaciones privadas, vuelos en paracaídas y paseos en motos acuáticas.

El gasto promedio por persona oscila entre los 100 y 150 dólares. Sin embargo, con la inclusión de alimentos, souvenirs, transportación y propinas, la inversión por visitante puede alcanzar los 240 dólares.

Llamado urgente al gobierno

La ANQR ha buscado alianzas con organizaciones civiles como el Club Rotario, pero insisten en que la intervención del gobierno es indispensable para resolver este problema ambiental. Mientras el turismo náutico sigue siendo una de las principales fortalezas de Cancún, la falta de atención a los pasivos ambientales como las embarcaciones abandonadas continúa siendo una deuda pendiente.