El recurso del prianismo contra periodistas fue el ‘daño moral’ y ahora el del morenismo contra la prensa crítica es el de ‘violencia por razón de género’.
Ante una acusación de violencia política por razón de género, no hay salvación ni defensa. Jueces y juezas no analizan los casos, ni valoran pruebas ni la dimensión del daño. Hasta ahora la gran mayoría de estos recursos se sentencian con valoración política.
Ante el brote de denuncias y sentencias económicas y a pedir disculpas por un mes y otra por 15 días contra periodistas, así de pronto, sin que haya antecedentes, sólo porque las personas juzgadoras son carnales del poder o subordinadas a los ejecutivos estatales.
El derecho a tener justicia por violencia de género, fue ganado después de muchos años de lucha social y de mujeres valientes adelantadas a su tiempo. Ahora una vez hecha la ley, se ha convertido en un arma para la lucha política, contra adversarios políticos o periodismo incómodo.
Así bajaron a Gamero
Por ejemplo, la acusación de este tipo de Yensunni Martínez contra Luis Gamero fue un caso de flagrante abuso político, pero de lo que se trataba era de echar abajo la candidatura de Gamero y lo lograron. Con el abuso de este recurso Yensunni se hizo de la candidatura. Ante sus malos resultados se tuvo que recurrir a un burdo fraude para su reelección, aunque éste es otro tema, pero también da cuenta de la historia política de una alcaldesa que ha ejercido un gobierno de frivolidades y que ha sido una decepción hasta para los propios morenistas.
‘Daño moral’
Igual pasó con el delito llamado ‘daño moral’ que se usó y abusó de él hasta que fue desterrado, lo cual no debe pasar con el derecho a no ser violentada políticamente por razón de género; es decir, que el abuso del derecho no debe ser pretexto para desaparecerlo.
De lo que se trata es que este delito sea debidamente regulado y no se comentan injusticias ni humillaciones, que es lo que buscan con ese tipo de sentencias de una disculpa diaria por un mes o dejar de publicar o desaparecer un medio periodístico, porque se atropella otro derecho inalienable en la Constitución que es el de la libertad de expresión y que toca al periodismo.
La tentación es muy grande, sobre todo, cuando el aparato judicial está controlado por jueces carnales y la balanza de la justicia se inclina por intereses y no por el derecho.
El recurso del prianismo contra periodistas fue el ‘daño moral’ y ahora el del morenismo contra la prensa crítica es el de ‘violencia política por razón de género’.
¿Será mucho pedir que se alejen de esa tentación autoritaria?
Los usos y costumbres de abuso de poder, no cambian, sólo se transforman. Qué lejos estamos de aquella máxima jurídica: Todo derecho propio termina donde comienzan los derechos del otro.
Sin embargo, parece que prevalece: en la guerra y en la política todo se vale y el maquiavélico: el fin justifica los medios. Usted tiene la última palabra.