La contaminación en la Laguna Nichupté y los efectos de la construcción del puente vehicular han provocado que los cocodrilos se desplacen con mayor frecuencia hacia el mar en busca de alimento, advirtió el biólogo Rubén Borau García.
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Contaminación y pérdida de alimento en la laguna
Actualmente, el cuerpo lagunar atraviesa un proceso de eutrofización, es decir, una acumulación excesiva de nutrientes que ha deteriorado su ecosistema y reducido las poblaciones de peces y otras especies que forman parte de la dieta de los reptiles.
“La laguna está contaminada y esto ha disminuido las poblaciones de peces. Al no encontrar comida, los cocodrilos se ven obligados a migrar al mar, a pesar de ser animales de agua dulce”, señaló el especialista.
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Cocodrilos adaptándose a nuevas condiciones
Borau García precisó que, aunque el agua salada puede dañar su piel, los cocodrilos han comenzado a adaptarse para sobrevivir, lo que ha incrementado los avistamientos en playas, sobre todo en zonas cercanas a las desembocaduras de la laguna.
Añadió que la construcción del puente vehicular, que atraviesa el sistema lagunar, también ha generado estrés en el hábitat, pues el ruido y la alteración del entorno han dificultado la reproducción de diversas especies, lo que agrava la situación de los cocodrilos.
“Cada vez va a ser más común verlos en las playas. Están tratando de resistir a los cambios en su hábitat”, advirtió.
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Reportes de avistamientos en playas
De acuerdo con el Heroico Cuerpo de Bomberos de Benito Juárez, en lo que va del año se han atendido tres casos de cocodrilos avistados en el mar: uno en Playa Langosta y otros dos frente a centros de hospedaje de la Zona Hotelera, informó su director, Alquileo Cervantes Álvarez.
Datos del Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo señalan que actualmente en la Laguna Nichupté habita aproximadamente un cocodrilo por cada kilómetro, mientras que un censo realizado hace tres años registró alrededor de 150 ejemplares.

En este ecosistema conviven dos especies bajo protección especial: el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii), ambas sujetas a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
Las autoridades han reiterado que, aunque los avistamientos sean más frecuentes, los cocodrilos no consideran al ser humano como presa. Sin embargo, la desaparición de ejemplares grandes y longevos compromete el equilibrio ecológico de la laguna.