Denuncian mercado negro de conexiones eléctricas en asentamientos irregulares.
La carencia de infraestructura en asentamientos irregulares se ha agravado con la instalación de negocios como salas de fiestas, tiendas de abarrotes y expendios de bebidas alcohólicas en la zona. Credit: Especial

La falta de infraestructura eléctrica formal en los asentamientos irregulares Los Palomos y San Fernando, en la capital del estado, ha derivado en un conflicto vecinal por el control de la energía, en el que sólo unas cuantas viviendas cuentan con medidores oficiales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Asentamientos irregulares: Carencia de infraestructura

En estas colonias, que surgieron hace dos décadas, habitan más de 500 familias que desde entonces exigen servicios básicos, entre ellos un tendido eléctrico capaz de cubrir sus necesidades.

La carencia de infraestructura se ha agravado con la instalación de negocios como salas de fiestas, tiendas de abarrotes y expendios de bebidas alcohólicas, que se conectan a líneas improvisadas sostenidas con palos y ramas.

Los tendidos cruzan propiedades privadas y se derivan de un solo transformador y de al menos media docena de medidores de la CFE, lo que ha generado un mercado negro de energía.

Quienes lograron contratar un medidor han extendido sus propias líneas para vender electricidad a viviendas cercanas o cobran derecho de paso a quienes instalan cableado en sus terrenos.

Negocios se cuelgan de la red, denuncian

A estas prácticas se suman los ‘diablitos’ y ‘líneas pirata’, con cobros de hasta 600 pesos por conexión, provocando sobrecargas que dañan transformadores en colonias vecinas como Caribe.

Ana N, quien se ostenta como representante de los afectados, asegura que los negocios se cuelgan de la red comunitaria:

“El transformador del que dependemos sólo tiene capacidad para 25 cables y estos negocios nos roban”, señaló al denunciar que de un solo medidor dependen hasta 84 casas.

Aumenta la tensión por constantes apagones

En contraparte, un comerciante de la zona defendió su postura: “Ahora resulta que porque ellos se quieren regularizar grupalmente, nos quieren tumbar nuestros medidores; nosotros pagamos para tener el contrato”.

La tensión aumenta con los constantes apagones, mientras los vecinos acusan a la CFE de tolerar la expansión de la red irregular “mientras paguen”, ya que al tratarse de un asentamiento no municipalizado no puede dotarlo de servicio formal.