Disminuyen en la entidad embarazos adolescentes.
Estos resultados expuestos por la ENR plantea nuevos escenarios para la entidad en términos de planeación y revelan cambios en los patrones poblacionales. Credit: Especial

Después de un repunte en los años posteriores a la pandemia de Covid-19, Quintana Roo registra desde 2023 una reducción sostenida tanto en el número total de nacimientos como en los casos de embarazos adolescentes, de acuerdo con la Estadística de Nacimientos Registrados (ENR), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

Embarazos adolescentes: efectos de la prevención

La ENR, publicada en el marco del Día Mundial para la Prevención del Embarazo en la Adolescencia, refleja un proceso de estabilización demográfica y los efectos de las políticas de prevención en materia de salud reproductiva.

Los datos señalan que en 2020, año marcado por las restricciones sanitarias y la incertidumbre social, el estado contabilizó 23 mil 913 nacimientos. Un año después, con la reapertura gradual de actividades, la cifra aumentó a 26 mil 92, lo que representó un repunte de 9.1 por ciento respecto al año previo. 

La tendencia al alza continuó en 2022, cuando se alcanzó el punto más alto del periodo con 27 mil 96 nacimientos. No obstante, a partir de 2023 comenzó a registrarse un retroceso. 

Ese año, la cifra bajó a 25 mil 187 y en 2024 se redujo aún más hasta los 21 mil 942 nacimientos, lo que equivale a una disminución del 19 por ciento en apenas dos años. 

Aunque la baja se presenta también en el contexto nacional, en Quintana Roo el ajuste resulta más marcado, lo que revela cambios en los patrones poblacionales de la entidad.

Garantizar condiciones seguras

A pesar de esta disminución, los indicadores de atención hospitalaria y registro civil muestran estabilidad e incluso mejoras. En 2024, el 84.62 por ciento de los partos fueron atendidos en hospitales o clínicas, lo que garantiza condiciones seguras para madres y recién nacidos.

Asimismo, 84.76 por ciento de los nacimientos fueron inscritos en el Registro Civil antes de que el bebé cumpliera un año, cifra que supera al 83.03 por ciento registrado en 2021, lo que refleja avances en la oportunidad y eficiencia del servicio.

Uno de los aspectos más relevantes es la reducción de embarazos en adolescentes, un fenómeno que históricamente ha representado un reto para las instituciones de salud y educación. En 2020 se reportaron 981 nacimientos de madres entre 10 y 17 años, y en 2022 la cifra aumentó a mil 198, lo que encendió alertas por el repunte. Sin embargo, a partir de ese año se registró un descenso importante: en 2023 fueron mil 11 y en 2024 la cifra cayó a 775, lo que representa una disminución acumulada de 35.3 por ciento en dos años.

El desglose indica que la mayoría de los casos se concentra en jóvenes de entre 15 y 17 años, quienes representan seis de cada 10 embarazos adolescentes. En tanto, los casos en niñas de entre 10 y 14 años, aunque reducidos en número —61 en 2024—, continúan siendo un problema de salud pública, pues implican riesgos médicos y sociales de mayor gravedad.

Programas de prevención y campañas de educación

En términos de tasas, la natalidad adolescente pasó de 9.7 por cada 100 mil habitantes en 2022 a 6.3 en 2024, lo que confirma un avance sostenido en la reducción del fenómeno. Especialistas en salud señalan que esta tendencia se relaciona con la combinación de programas de prevención, campañas de educación sexual y acceso más oportuno a métodos anticonceptivos.

La caída general de los nacimientos, acompañada de la baja en embarazos adolescentes, plantea nuevos escenarios para Quintana Roo en términos de planeación poblacional, atención de servicios y políticas sociales. 

Mientras que la reducción del número de madres adolescentes es un avance en materia de salud pública, el descenso global en nacimientos abre un debate sobre sus implicaciones económicas y demográficas a mediano plazo en una de las entidades con mayor dinamismo poblacional del país.