Campeche se llena de aromas y recuerdos para celebrar el Hanal Pixán
En el corazón de Campeche, el aire se impregna de dulzura y nostalgia. Entre aromas de canela, calabaza y coco, las familias preparan sus altares para recibir a quienes regresan por un momento desde el más allá.
La secretaria de Turismo estatal, Adda Solís, invitó a visitantes y locales a vivir esta fecha única y “conectar más allá de la frontera del alma”, una frase que resume el espíritu con que los campechanos celebran el Hanal Pixán, su versión del Día de Muertos.
TE PUEDE INTERESAR: Aquí tienes las recomendaciones para instalar la ofrenda del Día de Muertos sin gastar de más
El sabor del recuerdo: dulces y ofrendas que narran la identidad campechana
Para Angélica Ruiz, orgullosa hija de esta tierra, la tradición sigue tan viva como el primer día:
“En el altar nunca faltan los dulces de calabaza, el mazapán en figura, los merengues y los polvorones caseros, hechos con trigo, azúcar y manteca de cerdo; también los frailes y las cocadas”, comparte con una sonrisa que huele a nostalgia.
Cada familia imprime su toque personal al altar, pero el elemento común es el amor y el respeto a los ancestros, expresado en los sabores y colores que llenan los hogares campechanos.
🪦Mercado Pedro Saynz de Baranda 🏬 ubicado en el corazón de San Francisco de Campeche 💛, y paso de convergencia de trabajadores, familias y estudiantes, se convierte en estos días de celebración de Día de Muertos 💀 en un sitio predilecto para comprar material para las… pic.twitter.com/0ueUKgReX0
— 24HorasQRoo (@24HorasQR) October 29, 2025
El mercado Pedro Sáinz de Baranda: epicentro del alma campechana
En el Centro Histórico de Campeche, el mercado Pedro Sáinz de Baranda se transforma en un estallido de colores, aromas y sonidos. Los pasillos se llenan de flores de cempasúchil, velas, incienso y frutas de temporada, mientras los vendedores ofrecen dulces tradicionales como calabaza en dulce, pan de muerto, coco rallado y mazapanes con forma de angelito.
Este mercado no es solo un punto de compra, sino un espacio donde la memoria se mantiene viva. Aquí, la comunidad se une cada año para revivir historias, compartir recetas y fortalecer una identidad que resiste al paso del tiempo.
Una fiesta que une corazones más allá del tiempo
El momento más esperado llega con el concurso de altares, catrinas y catrines que organiza el Gobierno del Estado en la emblemática calle 8, donde los colores, las velas y el incienso se mezclan con la alegría del pueblo.
Más de cuatro mil personas se reúnen para rendir tributo a la vida a través del recuerdo, en una celebración que une corazones más allá del tiempo.
Y como curiosidad, los campechanos aseguran que cada año el cielo se nubla justo en estas fechas, porque “empieza a sentirse el clima de los difuntos”, una señal de que el alma del Hanal Pixán ya está presente en cada rincón.


