Protestan en cumbre climática.
Protesta en la COP30. Credit: Mauro Pimentel / AFP

La COP30 en Belém enfrentó nuevamente momentos de tensión luego de que decenas de integrantes del pueblo munduruku bloquearan pacíficamente el acceso principal del recinto para exigir ser escuchados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y denunciar los riesgos que amenazan a sus territorios en la Amazonía.

Asimismo, la manifestación se prolongó por dos horas y obligó a reforzar la seguridad del evento.

Demandas indígenas y reclamos dentro de la COP30

Los manifestantes, muchos con vestimenta y ornamentos tradicionales, desplegaron pancartas contra megaproyectos de infraestructura y reclamaron avances en la demarcación de sus tierras.

Alessandra Korap, una de las voces más visibles, pidió la presencia directa del presidente: “Queremos sentarnos en las negociaciones, tenemos demasiados problemas”.

André Correa do Lago, presidente de la conferencia, salió a dialogar con ellos acompañado de las ministras Sonia Guajajara y Marina Silva, reconociendo públicamente la legitimidad de las preocupaciones planteadas.

La ONU confirmó que la protesta fue pacífica y sin riesgos para los asistentes.

Seguridad reforzada y llamados a mayor inclusión

El incidente se suma al ocurrido días antes, cuando otro grupo indígena irrumpió en el recinto y dejó dos policías heridos. Tras críticas de Naciones Unidas, Brasil reforzó la seguridad con presencia militar y policía estatal.

Aunque Lula ha homologado 16 territorios indígenas y reducido la deforestación, las comunidades cuestionan la lentitud de los procesos de demarcación y la aprobación de proyectos como la exploración petrolera cerca de la desembocadura del Amazonas.

Finalmente, la entrada principal fue reabierta tras la protesta, permitiendo el acceso de miles de delegados que aguardaban bajo el intenso sol.