Una nueva oleada de deportados arribará al Caribe Mexicano en diciembre, con alrededor de ocho mil personas, muchas de ellas acompañadas de sus familias, alertó Marilyn Torres Leal, presidenta de la Fundación Cisvac.
De marzo a la fecha, la organización ha atendido en el estado a 2,800 personas deportadas desde Estados Unidos.
Sin embargo, apenas el 15% ha logrado resolver su situación legal. Del total, el 34% son mexicanos retornados; el resto proviene de Venezuela, Haití y Cuba.
Inserción laboral: avances y obstáculos
Torres Leal, quien también encabeza la Comisión Laboral en Capital Humano de Coparmex, explicó que trabajan con el sector empresarial para vincular a los deportados con oportunidades laborales en la región.
En el caso de los mexicanos, Cisvac les apoya en la actualización del INE y la obtención del RFC.
Este es un proceso más complejo, pero en el que han logrado insertar laboralmente al 90% de quienes ya completaron sus trámites.
Para los extranjeros, la integración es más lenta. Requieren canalización mediante el programa “Empleos sin Fronteras”, cuyos trámites migratorios prolongan su incorporación al mercado laboral formal.

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Aumenta 18% la llegada de deportados a Quintana Roo
En lo que va del año, la llegada de deportados al estado ha aumentado 18%, principalmente de mexicanos, seguidos por venezolanos, haitianos y cubanos. Quintana Roo continúa siendo uno de los principales receptores debido a su alta demanda de mano de obra.
La mayoría de las personas deportadas habían vivido entre 22 y 25 años en Estados Unidos; un porcentaje menor residió alrededor de ocho años antes de su retorno forzado.
Diciembre, el mes más crítico
Ante la inminente llegada de miles de familias sin redes de apoyo, Cisvac advierte que diciembre podría convertirse en el mes más crítico del año, tanto por el volumen de personas como por las limitaciones de los programas de integración.
Si no se fortalecen las acciones de atención humanitaria y vinculación laboral, la organización advierte que Quintana Roo podría enfrentar un desafío social sin precedentes, justo en una temporada donde la demanda de trabajadores es históricamente alta.

