Bulgaria se prepara para adoptar el euro y convertirse en el país número 21 de la eurozona, un paso histórico que despierta tanto expectativas de crecimiento como preocupación entre la población por un posible aumento de precios.
A la medianoche, el país balcánico dejará atrás el lev, su moneda nacional vigente desde finales del siglo XIX, para dar la bienvenida a la divisa común europea.
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Por qué Bulgaria genera debate ante la llegada del euro
En mercados y comercios de Sofía, los precios ya se exhiben en leva y en euros, reflejo de una transición que avanza en lo práctico, pero que aún genera inquietud social.
Mientras algunos ciudadanos confían en que el cambio fortalecerá la economía y la integración europea, otros temen que afecte su poder adquisitivo.
La introducción del euro ha provocado opiniones divididas entre los búlgaros, principalmente por los siguientes motivos:
- Temor a un aumento generalizado de precios tras la conversión
- Estancamiento salarial frente al costo de vida
- Inflación en alimentos, que ya registra alzas interanuales
- Desconfianza en los controles para evitar abusos comerciales
- Contexto político marcado por inestabilidad y protestas recientes

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Retos políticos y promesas económicas para Bulgaria
El gobierno y la Comisión Europea aseguran que el euro traerá estabilidad, facilitará el comercio y fortalecerá la posición de Bulgaria dentro de la Unión Europea.
Sin embargo, el cambio ocurre en medio de un escenario político frágil, con recientes protestas anticorrupción y la posibilidad de nuevas elecciones legislativas.

