Un estallido cósmico de rayos gamma detectado a principios de este año por dos telescopios espaciales ha batido el récord de la fuente de alta energía más brillante jamás observada desde la Tierra, informa la Universidad de Curtin (Australia).
La poderosa señal, registrada el pasado 14 de enero y bautizada como GRB 190114C, provenía de una distante galaxia ubicada a 7.000 millones de años luz de nuestro planeta. Este hito en la historia de la astronomía fue registrado por el telescopio Swift de la NASA y el observatorio especial de rayos gamma Fermi.
En cuestión de apenas 22 segundos, las coordenadas del evento fueron enviadas a numerosos astrónomos en todo el mundo, que inmediatamente apuntaron sus telescopios hacia esa dirección.
Un hito astronómico
En el estudio participaron más de 300 científicos, entre ellos, los operadores de dos telescopios MAGIC (acrónimo inglés de Telescopio de rayos gamma por emisión de radiación Cherenkov en la atmósfera) situados en las Islas Canarias (España).
Estos últimos calcularon la energía de los fotones durante la emisión siguiente a la explosión de rayos gamma ÔÇö fenómeno lumínico conocido como ‘afterglow’ÔÇö estimándola entre 0,2 y 1 teraelectrovoltios (TeV). Es decir, el equivalente de la energía liberada por la colisión de protones en el Gran Colisionador de Protones, el más potente acelerador de partículas construido por el hombre.
Se trata de la primera vez ÔÇödesde que este tipo de fenómenos fue identificado en 1967ÔÇö que una radiación de semejante magnitud se detecta en un brote de rayos gamma, señaló Gemma Anderson, astrónoma de la Universidad de Curtin y coautora de la investigación
Billones de veces más intenso que el Sol
“Es un billón de veces más energético que la luz visible”, expresó Anderson, añadiendo que “eso convierte a GRB 190114C en la fuente de protones TeV más brillante del universo”.
La experta explicó que los brotes de rayos gamma suelen aparecer inesperadamente en el cielo aproximadamente una vez al día y que normalmente duran pocos segundos, pero el ‘afterglow’ que persiste tras la explosión puede ser observado por telescopios como el MAGIC por varios minutos o, en el caso de radiotelescopios, durante meses e incluso años.
Se estima que los brotes de rayos gamma son el producto de una supernova, es decir, una explosión estelar, la cual deja tras de sí un agujero negro, precisó Anderson.
“Un típico estallido libera tanta energía en pocos segundos como la que liberaría el Sol en toda su vida de 10.000 millones de años”, concluyó.
Con información de RT