El Senado de Estados Unidos inició formalmente el juicio político contra Donald Trump que, de progresar, llegaría a su destitución como presidente de aquel país.
Para este proceso no hay límite de tiempo; sin embargo, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, propone a los fiscales de la Cámara de Representantes y al equipo legal de Donald Trump 24 horas divididas en dos días para sus argumentos iniciales.
A continuación, habría un periodo de preguntas y respuestas de 16 horas, seguido por un debate y una votación acerca de si se debe considerar pruebas y testigos adicionales.
Donald Trump se convierte así en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1999.
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Es improbable que prospere el juicio político contra Trump
Los senadores deben decidir sobre los cargos que la Cámara de Representantes (controlada por los demócratas) le imputó a Trump el mes pasado: abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Según los demócratas que lideraron la investigación, el presidente manipuló a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que tiene un conflicto con rebeldes prorrusos en el este de su territorio.
Se espera que los senadores voten de acuerdo a los lineamientos de su partido, y Trump cuenta con el apoyo de la mayoría republicana en el Senado, donde ostenta 53 escaños, por lo que el juicio político no tiene visos de prosperar.