Paloma Escalante, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), concluyó en un estudio que el Tren Maya podrá beneficiar a los pobladores locales.
En dicho trabajo denominado “Diagnóstico, observaciones y recomendaciones sobre el Tren Maya en Quintana Roo”, la antropóloga destacó que esta es una oportunidad para detonar proyectos ecoturísticos en la región.
“En términos económicos, inicialmente habrá empleo en la construcción, pero a mediano plazo se espera que sirva para bajar el costo del transporte y para estimular el transporte de mercancías y personas, además de que al crecer la posibilidad de recibir visitantes, se detonarán proyectos ecoturísticos y de turismo comunitario o similar, que podrán beneficiar a los pueblos”, se lee en el documento.
“En torno de las estaciones, también se podrá trabajar en venta de artesanías u otro comercio, restaurantes u hoteles”, prosiguió la investigadora.
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Lo que se habrá de procurar, advirtió, es que sean los pequeños proyectos, de las comunidades, las beneficiadas, y que no ocurra lo que ha venido sucediendo en el norte: “desplazamiento de los locales y el abuso de los recursos naturales y culturales por parte de privados ajenos”.
Escalante Gonzalbo y los otros tres autores (Jesús Ramírez, Veronica Llerenas, Berenice González) rechazan la idea de que el Tren Maya sea neoliberal.
Ello porque ha cambiado el esquema de inversión. Al principio, el 10% de los 150 mil millones que costaría el Tren Maya, se pagaría con recursos públicos y el resto con inversión privada. Ahora, la correlación cambió.
“Este no es un proyecto neoliberal, ya que busca ofrecer un servicio al pueblo, detonar la economía de todos, que se contrate a los locales y si necesitan capacitación, se capaciten, que no se vendan las tierras, que se construya comunidad en el proceso de desarrollo”, apuntó.
Por Ricardo Hernández