ángel Sulub, miembro del Centro Comunitario U Kuuchil K Chibalom, alertó sobre la vulnerabilidad a la que están expuestas las comunidades indígenas en esta emergencia sanitaria por el coronavirus.
La marginación histórica, la precaria infraestructura de servicios básicos y hospitalarios, la pobreza y ahora el desempleo que se ha generado tras la orden de restringir actividades consideradas no esenciales, son algunos de los elementos que hacen vulnerables a los indígenas de la región.
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Y lo son, aclara el activista Sulub, por una dependencia que se ha creado hacia las actividades turísticas, al tiempo en que se abandonan las rurales y campesinas.
“Nuestro estado depende, en mayor o menor medida, del turismo; se ha convertido en un estado donde toda la comunidad depende del este. Esa ha sido la política desde la creación de la fundación de Cancún, de apuntalar el turismo masivo”, expresó.
“Lo que ha pasado es que ha convertido a todas estas comunidades mayas en dependientes del turismo. Cientos de jóvenes se van de sus comunidades para irse a Cancún. Ahora, con esta situación que estamos viviendo del coronavirus, del despido masivo que se ha generado, estamos viendo que se están acabando otras formas de economía social, comunitaria, entre ellas la milpa. Y al desaparecer, desaparece sobre todo la autosuficiencia de los pueblos”, sostuvo.
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Sulub aseguró que, con el paso del tiempo, a las comunidades indígenas se les ha arrebatado la autosuficiencia alimentaria, tal como ocurre en la comunidad de Santa Rosa, cercana a Felipe Carrillo Puerto, donde hay desabasto de maíz.
“Esta autosuficiencia se daba con el trabajo de la tierra hace dos generaciones todavía, hasta antes de la fundación de Cancún. Ahora se depende del turismo completamente”, recalcó.
Y al no contar con alternativas, al verse interrumpida la vida rural y comunitaria, las poblaciones indígenas se han visto desprotegidas, más ahora en una situación de riesgo en esta emergencia sanitaria.
Quintana Roo ocupa, de acuerdo con datos del Gobierno federal, el primer lugar en cuanto a estados con la mayor pérdida de empleos, la mayoría del sector turístico o relacionado a éste.
Ante el cierre de casi 130 hoteles en la zona norte, de más del 80 por ciento de los restaurantes de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, la fuerza laboral ha optado por regresar a sus comunidades, sin empleo, sin remuneración y sin el conocimiento de una economía comunitaria.
Por Ricardo Hernández