Por Eugenio Pacheco
CHETUMAL, Q. Roo.ÔÇô Los quintanarroenses tienen más fe en brujos, charlatanes y centros de curación espiritual que en profesionales certificados, lo cual podría agravar los problemas que buscan solucionar, advirtió Alejandro Baeza Ruiz, ex presidente del Colegio de Psicólogos.
Precisó que, a menudo, personas que padecen depresión, problemas de salud, emocionales, relaciones de pareja y hasta económicos, buscan una solución barata y rápida en la oferta mágica; sin embargo, esto puede empeorar su situación e, incluso, desencadenar trastornos mentales.
Señaló que otras personas buscan refugio en actividades como las apuestas en casinos, o las adicciones al alcohol, las drogas u otras actividades que ponen en riesgo su economía, familia o integridad física.
Afirmó que, de manera recurrente, llegan a los consultorios psicológicos personas que, además de sus complicaciones, ya han sido defraudadas en los centros espirituales que proliferan, al no haber acciones de las autoridades para evitarlo.
AL MARGEN DE LA LEY
Aseguró que, aunque existen decenas de estos locales, no hay una clasificación para ellos, es decir, no se sabe legalmente si se trata de una actividad religiosa o de salud; por ello ni la Secretaría de Gobernación ni el área de asociaciones religiosas o la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios del sector salud contemplan acciones para conocer las actividades o regularlas.
Esto ocasiona que la población con problemas mentales vaya en aumento y se incrementen las implicaciones negativas, al resultar defraudados, con dinero perdido, y enfermedades agravadas.
OFERTA ESOTÉRICA
El representante de los profesionistas indicó que, en Chetumal, los centros espirituales ofrecen a través de espacios radiofónicos o diversos establecimientos, “curar” a través de amuletos, velas, incienso, oraciones, lectura de cartas, “amarres” y, en ocasiones, hasta “brebajes”, los cuales podrían poner en peligro la salud de quienes los ingieran.
Destacó que estos lugares son operados por personas que se aprovechan de la ignorancia y la desesperación humana, y cobran sin garantizar una solución.
“El ser humano tiende a buscar lo más fácil, por ejemplo, cuando tienes que ir al gimnasio y se presenta dolor en el cuerpo, prefieres comprar un aparato que venden por la televisión, el cual sólo tienes que usar cinco minutos, aunque no sepa si va a funcionar”, dijo.
Finalmente, resaltó que, a la fecha, ninguna institución cuenta con estadísticas sobre cuántas personas acuden a estos centros espirituales, porque no existe ningún tipo de regulación, pero principalmente porque los afectados realizan sus consultas con mucho sigilo, casi en secreto, muchas veces por recomendación de quienes los atienden