Colabora INAH en el megaproyecto; realiza un levantamiento topográfico con tecnología LIDAR, para avanzar en la interpretación del terreno que será impactado tras la construcción de la obra, con el fin de definir áreas críticas de importancia arqueológica.
“Con los resultados de este estudio se podrán hacer las verificaciones en el campo y establecer estrategias coordinadas con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y las empresas constructoras”, informó el INAH en un comunicado.
“Los primeros diagnósticos realizados sobre las rutas proporcionadas o publicadas por el Fonatur, permitieron establecer que la obra incidiría en 31 zonas arqueológicas abiertas oficialmente a la visita pública; en 19 zonas arqueológicas con algún grado de visita; en mil 773 sitios arqueológicos (de diversas características) inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos, Históricos y Paleontológicos; así como en 42 cenotes”, advirtió.
En octubre de 2018, el Instituto Nacional de Antropología e Historia tuvo conocimiento del Proyecto del Tren Maya. Desde entonces, se ponderó el alto potencial arqueológico que podría estar en riesgo por esta obra, la cual recorrerá cinco estados del sureste de México (Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), a lo largo de casi mil 500 kilómetros.
El INAH considera un área de influencia de estudio de 30 kilómetros, 15 a cada lado de la vía, debido a que el Tren Maya será de alta velocidad, lo que requiere de curvas muy amplias para evitar accidentes.
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Colabora INAH en el megaproyecto; se tienen mil 773 “tesoros” arqueológicos
“En ese margen se tienen mil 773 sitios inscritos en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, que van desde concentraciones de materiales y sitios de carácter gráfico-rupestre, hasta monumentales”, apuntó.
Para dar el visto bueno de construcción, el instituto solicitó varios requisitos a Fonatur, instancia responsable de realizar la obra, entre los cuales se encontraba el trazo mismo de la ruta.
Así, pues, el Proyecto Ejecutivo para la construcción del Tren Maya fue evaluado en reuniones extraordinarias por el Consejo de Arqueología de la institución, organismo colegiado que el 23 de enero de 2020 determinó que es viable, pero que se debería acompañar de los programas y trabajos arqueológicos apropiados para evitar afectaciones al patrimonio arqueológico.
Con información de Ricardo Hernández