Coronavirus “congela” exploración de raro cenote marino ubicado a 25 kilómetros de Isla Mujeres y a 30 metros de profundidad.
“Todo se ha vuelto muy lento, más ahora con la pandemia. Estamos en espera. El proyecto está planteado ya, es un proyecto multidisciplinario, con Rodrigo (Friscione) como explorador principal, Rafael de la Parra como biólogo, Ana Catalina Celis, que es arqueóloga y oceanógrafa, tu servidor, obviamente más buzos técnicos”, contó Guillermo de Anda, director del proyecto Gran Acuífero Maya.
“Es un proyecto caro porque requiere de mezclas de gases para los buzos, muy probablemente necesitaremos recicladores de respirador, que te garantiza mucho mayor tiempo y seguridad en el fondo; la logística de las personas que tengan que ayudarnos”, indicó.
“Es un proyecto caro y va en función del tiempo del proyecto. Para un tiempo corto, de unas cuatro semanas, estamos hablando de 80 mil dólares, para hacer una primera prospección y ver de qué se trata, pero no son suficientes, por su puesto: es una primera etapa”, añadió.
El también decano de la arqueología subacuática en México y explorador de National Geographic enfatizó que ese presupuesto sería solo para una primera de varias etapas, que incluyen el mapeo del lugar, muestras de agua, estudio estructural del lugar.
Hay otro factor que entusiasma a Guillermo de Anda: se trata de un cenote kárstico, es decir, podría haber estado seco hace miles de años, cuando el nivel del mar estaba muy por debajo de lo actual y aquello era una cueva y no un cenote.
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Coronavirus “congela” exploración de raro cenote, descubierto en 2016
“Los arqueólogos que trabajamos en el proyecto estamos en la esperanza de que podamos encontrar algo (restos, vestigios). Hace apenas, digo ÔÇÿapenasÔÇÖ en términos geológicos, 10, 12, 15 mil años, el nivel del agua estaba cuando menos 100 metros abajo. Con eso tenemos un panorama de lo que pudo haber sido ese cenote”, comentó.
En octubre de 2016, este raro cenote fue explorado por primera vez por el reconocido fotógrafo subacuático Rodrigo Friscione.
A esta inmersión le siguieron siete más, pero ya en compañía del experimentado buzo Luis Leal y el reconocido espeleólogo Robbie Schmittner.
El hallazgo se mantuvo en secreto por poco más de tres años, pues primero quisieron realizar estudios.
En una de de las exploraciones, contó Friscione, tomaron muestras. La Universidad de Florida se hizo cargo de los análisis y en 2019 se confirmaron las sospechas: es agua dulce la que emana del interior del hueco.
Motivados por el hallazgo, continuaron explorando y en 2017 encontraron otro y tres más en 2019.
“Están todos más o menos por la misma zona, que es al norte de Isla Mujeres. Hay uno que está incluso más al norte de Isla Contoy”, precisó el también documentalista.
En el buceo hay límites: técnicos, pero sobre todo humanos, pues una persona no puede descender más allá de los 100 metros de profundidad sin poner en riesgo su vida.
Para explorar más a fondo el primer cenote marino, estudiar sus galerías y hacerlo de manera segura, Guillermo de Anda se encuentra gestionando equipo tecnológico que permita llevarlo a cabo.
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Coronavirus “congela” exploración de raro cenote; piden ayuda a descubridor de los restos del Titanic
El pasado enero, en una convención de exploradores de National Geographic, celebrada en Washington, Estados Unidos, propuso a su colega Robert Ballard, conocido por haber descubierto los restos del Titanic, del acorazado de Bismarck y del trasatlántico RMS Lusitania, se involucrara en el proyecto, pues con su vehículo operado remotamente (ROV, por sus siglas en inglés) y su vehículo submarino autónomo (SUV) el cometido sería más fácil, menos peligroso.
A decir de De Anda, Ballard se mostró entusiasmado y aceptó de inmediato. La idea era explorar el cenote durante 2020, pero se atravesó la pandemia del coronavirus, lo cual frenó el proyecto de manera indefinida.
Además, aún no se consigue el presupuesto necesario para llevarlo a cabo ni el apoyo del Gobierno mexicano.
Con información de Ricardo Hernández