Por Omar Sánchez de Tagle Correo: osdtagle@yahoo.com Twitter: @osdtagle

Con apenas seis días al mando, o como él mismo lo ha dicho, a menos de una semana de haber tomado las riendas del país en sus manos, el presidente Andrés Manuel López Obrador deberá sortear los retos propios de un país que transita por un periodo de altas expectativas, y en el que la popularidad podría convertirse en una tormenta, si no hay medidas que atemperen la ansiedad por cambios inmediatos.

Entre las demandas más populares estaba la eliminación de los privilegios, que por décadas han sido desmedidos, de la clase política, de ahí que la primera iniciativa que el Ejecutivo Federal mandó al Senado fue la eliminación del fuero constitucional.

El antecedente inmediato de una iniciativa en la materia fue la aprobada en la Cámara de Diputados, luego de que el ex candidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, lo ofreciera dentro de sus promesas de campaña. Sin embargo, antes hubo propuestas del PAN, del PES y del PRD, todas en el sentido de eliminar la impunidad de la que gozaron por décadas legisladores y funcionarios, que bajo el amparo de esa figura evitaron las consecuencias de actos sancionables.

Si bien no todo lo que está de moda o es popular es nuevo, la figura del fuero existe en el México desde el siglo XIX, cuando Mariano Otero lo incluye en el acta de Reforma de 1847, y desde entonces, su objetivo principal ha sido evitar que legisladores y funcionarios sean perseguidos o encarcelados por expresar críticas u opiniones distintas a las del Ejecutivo, es decir, es una garantía para la libertad de expresión, sobre todo, de los opositores.

No hay duda de que algunos personajes de la escena política reciente habrán utilizado el fuero para beneficio propio. Sin embargo, la existencia de una figura legal que protege del abuso de una autoridad distinta o superior como medida para silenciar adversarios no debería desaparecer.

La última ocasión en la que a un diputado le fue retirada esta inmunidad fue en 2016. La Sección Instructora de la Cámara de Diputados declaró que procedía el retiro del fuero a Lucero Sánchez, diputada por Sinaloa, acusada de tener nexos con Joaquín el Chapo Guzmán, y de haber utilizado documentos falsos para visitarlo en un centro penitenciario.

Las acusaciones, graves a todas luces, fueron suficientes para que los diputados votaran a favor de que los órganos de justicia procedieran contra la sinaloense, con lo que se comprobó que hay un mecanismo efectivo para eliminar el fuero y permitir que los políticos puedan ser juzgados. De ahí que una de las dudas que deberían surgir entre legisladores y funcionarios del nuevo Gobierno federal es acerca de la pertinencia de fortalecer los mecanismos que ya existen para eliminar el fuero. ¿O será tanta la confianza que eliminarlo es lo inminente?

Hallazgos

El rumbo del sindicalismo nacional continúa incierto. Pedro Miguel Haces Barba, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, rindió protesta como senador (al suplir a Germán Martínez Cázares).

Haces Barba asegura que el presidente López Obrador lo instruyó a conformar una nueva central obrera nacional, noticia que, sin duda, no es del agrado de otro senador, Carlos Aceves del Olmo, líder de la CTM.

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