Por Ricardo Hernández
CANCÚN, Q. Roo.- A las 14:00 horas del 12 de marzo de 2019, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) registró que la demanda de energía eléctrica era de mil 733 megawatts; sin embargo, la generación neta se fijó en apenas 945, lo que significa un déficit de casi 800 megawatts.
Los datos contrastan con lo dicho la semana pasada por Manuel Bartlett, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el sentido de que el suministro está garantizado en la Península de Yucatán.
En las regiones aisladas como la Península, poco interconectadas con la Red Nacional de Transmisión y a las Redes Generales de Distribución, lo que regularmente se hace es instalar pequeñas plantas generadoras y, el resto, se lleva a través de las redes.
En esa zona existen tres principales centrales eléctricas, dos privadas y una estatal: CC Valladolid (de Mitsui y Chubu Electric Power), CC Mérida III (de Grupo Hermes, Nichimen y AES) y CT Valladolid (de CFE), que, como vimos, son insuficientes para abastecer lo que se consume en la región.
Debido a ello, se transfiere energía desde el centro del país, mediante una línea que corre desde Chiapas hasta el extremo más alejado de la Península; sin embargo, ésta también se encuentra sobrecargada, de acuerdo con Guillermo García Alcocer, comisionado presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Bartlett reconoció la semana pasada, en conferencia de prensa, que hacen falta modificaciones y que se planea invertir en breve para reforzar, que no cambiar, la línea de transmisión a fin de poder aumentar su capacidad y transmitir una mayor cantidad de energía.
“La transferencia máxima que podemos hacer hacia ese lado (la Península) es de alrededor de mil 200 megawatts, y la demanda que tiene la región anda en alrededor de mil 800, hasta 2 mil megawatts. El resto se genera localmente”, explicó en el mismo evento Noé Peña Silva, director general de CFE Transmisión.
Si la generación que indica la Cenace fue de 945 megawatts y se pueden transmitir mil 200, suman cerca de 2 mil megawatts, demanda que en verano, cuando aumenta el consumo de energía, puede rebasarse, por lo que podrían presentarse más apagones programados como el de hace un mes o un año, a fin de evitar fallas técnicas por la sobredemanda.
Otro de los problemas radica en que, para generar electricidad, se necesita gas natural y, en el país hay un declive en la producción.
Mientras que en diciembre de 2013, mes en que se aprobó la Reforma Energética, se produjeron 6 mil 453 mmpcd, para septiembre de 2017 había descendido a 4 mil 336, fecha en la que se marca la cifra más baja de lo que va del siglo XXI. Lo anterior, se refleja en la región.
En el apartado Diagnóstico Operativo 2016, la Sener anunció que “desde 2010 se tiene una indisponibilidad en el suministro de gas natural”, lo cual dificulta la generación eléctrica.
A mediados de 2017, el país importaba el 81% del gas natural que consumió.