México.- La Cruzada Nacional contra el Hambre fracasó en su objetivo de reducir a cero el hambre en el País, de acuerdo con la última medición de la pobreza.

El documento dado a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señala que hasta el año pasado más de 25 millones de mexicanos tenían experiencias de hambre.

Según el organismo, la Administración de Enrique Peña Nieto inició con 27.4 millones de personas con carencias de acceso a la alimentación por falta de recursos económicos o dificultades en el acceso físico a éstos.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre, el programa social emblemático del anterior Gobierno federal, fue lanzada en enero de 2013, con la promesa de erradicar el hambre en el País.

Aunque los criterios para determinar a la población prioritaria fueron criticados por especialistas, la entonces Administración la estableció en poco mas de 7 millones, pero ni siquiera esa meta se logró cumplir.

Para 2014, un año después de la puesta en marcha de la Cruzada, las personas con carencia por acceso a la alimentación aumentaron a 28 millones, mientras que en 2016 se redujeron a 24.6 millones.

No obstante, entre 2016 y 2018, en los dos últimos años de la Administración de Peña Nieto, el número de mexicanos que experimentaron hambre aumentó en 900 mil, al pasar de 24.6 a 25.5 millones.

Esta cifra representa el 20.4 por ciento de la población.

Al final del sexenio, la Cruzada logró que la carencia por acceso se redujera en 1.9 millones de personas, apenas el 27 por ciento de la población calificada como prioritaria por el Gobierno de Peña Nieto.

Entre 2012 y 2018, el costo de la canasta básica registró un incremento constante.

Al inicio del sexenio pasado tenía un costo de cerca de 824 pesos para el ámbito rural, y de mil 158.62 para el urbano.

Seis años después, en diciembre de 2018, su precio aumentó a mil 113 pesos para el sector rural, y a mil 556 para el urbano.

De acuerdo con el Coneval, la población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingreso, es decir, aquella a la que no le alcanza para adquirir una canasta básica alimentaria aun cuando destine el total de sus ingresos, se redujo de 23.5 millones a 21 millones entre 2012 y 2018.

En tanto, la población con ingresos inferiores a la línea de pobreza por ingreso, es decir, aquella que puede adquirir una canasta básica alimentaria, pero no logra satisfacer otras necesidades básicas, aumentó de 60.6 a 61.1 millones.

Con información de Reforma

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