Reunidos en su ÔÇÿfan zoneÔÇÖ del centro de Oporto, los hinchas del Chelsea que no pudieron entrar en el estadio del Dragón pero que se desplazaron a Portugal pudieron festejar a lo grande el éxito del club londinense en la final de la Liga de Campeones, venciendo 1-0 al Manchester City este sábado.

Cánticos y festejos se desataron con el pitido final, lanzando cerveza por los aires, en medio de un delirio colectivo de estos centenares de aficionados reunidos junto a la pantalla gigante instalada en la avenida de los Aliados, principal arteria del centro de la ciudad, a dos pasos de una réplica gigante del trofeo de la Champions.

“Estoy muy feliz, ¡esta noche estoy en el séptimo cielo!”, celebraba Kerry Wallen, un londinense de 37 años, que celebraba la conquista de la segunda Liga de Campeones de la historia del club, después del título ganado en 2012.

“No confiaba mucho antes del partido, el City era el gran favorito, pero nuestros jugadores han estado increíbles”, declaró a la AFP Edward Smith, procedente de Birmingham, mientras otros aficionados aprovechaban para hacerse con banderines y decoraciones del Chelsea que estaban colocados a lo largo de la ÔÇÿfan zoneÔÇÖ.

Esos actos obligaron a intervenir a las fuerzas del orden para evacuar el lugar y mantener la calma en las celebraciones, sin recurrir a la fuerza.

Los aficionados del Chelsea se reunieron entonces frente al Ayuntamiento de Oporto con cánticos de “¡Campeones de Europa! ¡Campeones de Europa!“.

“El City ha estado fatal y NÔÇÖGolo Kanté, nuestro orgullo nacional, ha estado excelente”, celebró Lenny Renault, un estudiante francés de Fisioterapia en Oporto.

“Estoy muy contento. He necesitado casi diez años para tener de nuevo este sabor”, añadió Manuel Porto, un mecánico de 27 años que llegó por la tarde a Oporto desde La Coruña (Galicia, España).

En la ÔÇÿfan zoneÔÇÖ del Manchester City en la segunda ciudad portuguesa, situada a orillas del río Duero, el tanto del atacante alemán Kai Havertz en el minuto 42 dejó los ánimos congelados, en un momento en el que un ligero viento frío comenzaba a soplar.

“Tengo la impresión de que a pesar de nuestros buenos jugadores, no conseguiremos nunca ganar la Liga de Campeones”, se resignaba Megan Howard, una aficionada del City, triste por las calles de Oporto.

 

Con información de: 24 Horas Nacional