La reina británica Isabel II, de 95 años, pasó una noche ingresada en un hospital para hacerse ¡pruebas preliminares! después de que los médicos pidieron ¡guardar reposo!, anunció el palacio de Buckingham.
¡La reina fue a un hospital el miércoles por la tarde para hacerse pruebas preliminares y regresó al castillo de Windsor el jueves a la hora de comer y mantiene un buen estado de ánimo!, informó el palacio real en un breve comunicado.
La institución realizó el anuncio poco después de que el diario británico The Sun filtrara la noticia. Según el tabloide, se quedó en la clínica londinense porque se había hecho demasiado tarde para volver a su alejada residencia de Windsor.
El miércoles, aunque ¡a regañadientes!, aceptó suspender una visita a Irlanda del Norte después de que los médicos le aconsejaran guardar reposo durante unos días.
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Según la agencia de prensa británica PA, la soberana estuvo ingresada en el hospital privado Eduardo VII en el centro de Londres. Su estancia se limitó a consultas con especialistas, pero se decidió que pasara la noche en el centro por razones ¡prácticas!, indicó esta agencia, señalando que la reina volvió después a su oficina para ¡tareas ligeras!.
No se tiene constancia de que la reina haya tenido algún problema de salud grave en los últimos años.