Con apenas 61.2 km cuadrados, San Marino es uno de los seis microestados de Europa, además, junto a la Ciudad del Vaticano y Lesoto conforman a los tres únicos Estados soberanos enclavados del mundo, esto se refiere a que su territorio está completamente rodeado por un solo país, en este caso Italia.
Posee una población aproximada de 33 mil personas, de las cuales 4 mil 800 son extranjeros, la mayoría italianos; quienes apenas en septiembre acudieron a las urnas para votar a favor o en contra de la aprobación de una ley que despenalice el aborto.
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Aproximadamente 14 mil 200 votantes fueron participes en este acto, de los cuales 77.3% votaron a favor de la nueva ley que anula la ilegalidad del aborto dentro de las 12 primeras semanas de gestación, y también en casos donde la vida de la paciente corra peligro por malformaciones fetales o anomalías, aún después de las 12 semanas.
Este proyecto de ley fue impulsado por el grupo feminista Unión de Mujeres Sanmarinesas y respaldado por el Movimiento Cívico RETE (Renovación, Equidad, Transparencia, Ecosostenibilidad).
San Marino es un Estado donde la presencia de la Iglesia católica sigue siendo muy importante, por lo que antes de las votaciones el obispo monseñor Andrea Turazzi, indicó a sus feligreses que la Iglesia católica estaba completamente en contra de la iniciativa de despenalización, por lo que el 22.7% de votantes se opusieron a esta ley.
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A pesar de ello, el resultado de la consulta popular marcó un precedente histórico, por lo que el Parlamento deberá, en un plazo de seis meses, legalizar el procedimiento, revocando la ley del aborto de 1865 en el que se castigaba de seis meses a tres años de prisión a quien se realizará un aborto o a quien ayudara a realizarlo.
De esta forma, San Marino se convertiría en el Estado de mayoría católica más reciente en aprobar el aborto en situaciones específicas, junto a Irlanda, Italia y otros países. Entre tanto, en Malta, Andorra y Polonia el aborto sigue siendo ilegal.