ADRIAN TREJO

La coalición Va por México reaccionó a la derrota del 5 de junio como se esperaba, prolongando su alianza legislativa, que es precisamente donde le duele a Morena.

PAN, PRI y PRD se declararon en “moratoria constitucionalÔÇÖÔÇÖ, que no es más que anunciar que no votarán ninguna modificación a la Constitución mexicana que sea propuesta por el Presidente de la República.

Hace unos días le hablamos aquí de ese escenario.

Para cualquier modificación a la Constitución, incluso en el improbable e indeseable caso de una reforma que permitiera la reelección o prolongación del mandato presidencial como ya algunos morenistas están planteando, se requiere de los votos de la oposición.

Hasta ahora, la única modificación constitucional pendiente es la reforma electoral que, si la oposición resiste, no tiene ningún futuro.

En cuanto a las reformas de leyes secundarias Morena puede hacer lo que le venga en gana pues tiene los votos suficientes en ambas Cámaras para lograrlo.

Pero hasta ahí; lo demás han sido resultados más negativos que positivos.

La permanencia de la alianza legislativa sí le puede redituar en lo político a los partidos involucrados si saben aguantar la presión que desde ya ejercerá el partido en el poder.

Volverá la campaña que los considerará traidores a la patria por oponerse a los deseos del Presidente, pero, como el mismo López Obrador ha dicho, de eso se trata la diversidad política.

Por lo pronto, se anticipa que el próximo periodo de sesiones, que comienza el primer día de septiembre, sea una especie de ring de boxeo en el que las peleas durarán tres meses.

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Falta un año para la elección de gobernador en Coahuila y se ha convertido en “la elección del morboÔÇÖÔÇÖ.

El pleito entre los hermanos Moreira desató las teorías conspiratorias, las hipótesis de revancha y el morbo que resulta hasta dónde puede operar el exgobernador Humberto Moreira en contra del PRI y de su hermano Rubén, que lo sucedió en el cargo.

Humberto reapareció en el escenario político para manifestarse en contra de su hermano Rubén y su esposa, Carolina Viggiano, candidata perdedora a la gubernatura de Hidalgo, y revivió la pugna que se mantenía hibernando.

Este pleito consanguíneo recuerda al que pasó en Querétaro, en los años noventa, entre los hermanos Ortiz Arana, Fernando y José, que disputaban la gubernatura del estado.

Fernando tenía una ascendente carrera política; había sido presidente del Senado y parecía que no tendría problemas en ganar la elecciónÔǪ hasta que apareció su hermano José, como candidato del PT.

Sin posibilidades reales de ganar, José se dedicó a ventilar públicamente los problemas íntimos de la familia Ortiz Arana al grado que la madre de ambos enfermó.

Al final, no hubo nada para ninguno de los dos.

¿Acaso Coahuila tendrá su propia versión del drama queretano el próximo año?

AMLO a la Oposición: ¿Hay tiro? ¿Qué es eso? No entendí

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¡Ah qué coincidencia!

Parece que sí vendrá por temas del clima, pero del clima político que no le han gustado nada a Joe Biden.