Una interminable búsqueda de justicia
Una interminable búsqueda de justicia

El feminicidio es un fenómeno siniestro que azota al país, que crece y que en la mayoría de los casos queda en total impunidad, sin castigo para los culpables, sin justicia para las víctimas.

Durante siglos la forma más extrema de violencia hacia la mujer no tuvo un nombre. El término feminicidio surgió, muchos años después, y visibilizó uno de los más grandes atentados que se pueden sufrir, solo por ser mujer: su asesinato, la mayoría de las veces con extrema violencia y sin ningún respecto por la vida.

El feminicidio es un acto cada vez más visible, cada vez más impune, en un México que ve, pero que no actúa, que no protege, que no defiende a sus mujeres.

Se trata del México que tiene un lado que avergüenza, que apena, pero que también atemoriza, que causa terror. Es miedo, inseguridad, preocupación, tristeza e intimidación lo que perciben muchas mujeres cada que salen de casa y no saben si volverán. Así de fuerte, así de grave, así de impune y desgarrador.

Dictamen sobre la muerte de Debanhi Escobar estará la próxima semana: SSPC

¡Justicia!

En un clamor desesperado por detener esta masacre contra mujeres, muchas de sus congéneres recorren las calles, entre gritos y pancartas, para alzar la voz; son hermanas, amigas, hijas y madres que piden justicia; exigen que ninguna mujer vuelva a ser víctima de esta barbarie.

En este contexto, Mónica Fernández, del Colectivo Siempre Unidas Muchuuk Balo’on A: C., dijo, “Levantar la voz es la herramienta que tengo ahorita para dale la voz a las mujeres que ahorita no están y no pueden hacerlo”.

Las autoridades encargadas de la búsqueda de mujeres desaparecidas muestran archivos con rostros, con nombres que solo son parte de una lista, los que por lo general son almacenados como un expediente más. (se cierra el folder con el rostro de una chica y se ve cerrar el archivero).

En 2021, a nivel nacional se alcanzó la cifra de mil 15 feminicidios, la más alta desde 2015, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En ese marco de violencia, no solo las madres se han convertido en buscadoras, los padres también salen a las calles con la esperanza de volver a ver a sus hijas, como don Jesús Quintana quien desconoce el paradero de Fátima de 13 años originaria del Estado de México o don José Luis Castillo quien lleva más de una década buscando a Esmeralda de 14 años, desaparecida en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Debanhi, uno de los casos más mediáticos

En los últimos meses, el caso de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, de 18 años de edad, desaparecida el 8 de abril tras acudir a una fiesta con dos amigas, en San Nicolás, Nuevo León, ha sido uno de los que más difusión ha tenido, al ser reportada su ausencia la madrugada del 9 de abril en la autopista Monterrey–Nuevo Laredo, donde el chofer de un taxi de aplicación, que la trasladaría a su hogar, le tomó una fotografía para avisar que la joven había bajado de la unidad.

Quizá fue lo icónica que resultó la foto, pero este caso acaparó la atención de prácticamente todo el país durante el tiempo que duró la búsqueda, misma que finalizó el 21 de abril cuando su cuerpo fue hallado, con señales de violencia física, en la cisterna de un hotel.

El padre de Debanhi, Mario Escobar, se unió a la búsqueda de su hija desde el primer momento y a la fecha mantiene una férrea lucha para que se haga justicia.

“El día de hoy son dos meses ya que enterramos a nuestra hija y bueno esperando con mucha esperanza con mucha fe en Dios se empiece a resolver este caso. Mi hija tenía sueños y se los frustraron, ¿quién? no sabemos pero que, si lo tenemos que demostrar, ¡lo vamos a demostrar!”, expresó Mario Escobar en la diligencia de exhumación del cuerpo para una tercera autopsia.

En su vehículo, a la salida del panteón donde hoy descansan los restos de su única hija Debanhi Susana Escobar Bazaldua, no oculta su coraje por la falta de resultados por parte de la autoridad. Está indignado y decepcionado del actuar oficial. De que el caso de su hija sea una maraña de incertidumbres, de imprecisiones y teorías e hipótesis increíbles.

Mario Escobar es un hombre que busca justicia. Es un mexicano más que sufre cada día porque su hija ya no está. Es por la criminalidad que padece nuestro país. Es porque vivimos en un México violento. Es porque vivimos en un país feminicida.

La muerte de un hijo es sin duda uno de los dolores más grandes que puede sufrir un ser humano, más aún si la pérdida es injustificada, si fue violenta y si nadie paga por ello.

Alguien dijo en una ocasión que al hijo que pierde a sus padres le llaman huérfano, que a quien pierde a su esposo o esposa se le llama viudo o viuda, pero la pérdida de un hijo es un dolor ten grande que ni siquiera hay una palabra para denominar a los padres tras la muerte de un hijo.

Por eso indigna que sea la propia autoridad la que no pueda o no quiera ayudar en el esclarecimiento del caso de Debanhi.

Autoridades retiran drones a periodistas en la exhumación del cuerpo de Debanhi

Feminicidio en Quintana Roo

De acuerdo con la colectiva Siempre Unidas, en el Informe Sombra de Feminicidios en Quintana Roo, al cierre del año 2021, la entidad se convirtió en el estado más violento para las mujeres en México, tal como lo señala Tania Ramírez del Colectivo Feminista Siempre Unidas, “por la cantidad de habitantes que hay, la cantidad de feminicidios es muy alta, y pues la verdad este año la tasa es de 5.75 por cada 100 mil mujeres es súper, súper alto”.

A Quintana Roo llegan mujeres sin acompañante alguno, de diferentes puntos del país o del mundo, no tienen, en muchos casos, familia cercana y no cuentan con redes de apoyo, lo que las deja vulnerables.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), Quintana Roo cuenta con un millón 857 mil 985 habitantes, de los que 39 mil 586 son residentes en el estado y nacida en otro país; del total del universo, 49.6% son del género femenino.

Según datos de organizaciones no gubernamentales, el estado cerró 2021 con 53 feminicidios, cifra que dista sobremanera de los 25 expedientes abiertos oficialmente por la autoridad.

El 86% del territorio nacional está bajo alerta por violencia feminicida y desaparición de mujeres y niñas.

En 2021, la Secretaría de Gobernación emitió seis Alertas de Violencia de Género en estados y municipios, con lo que suman a nivel nacional 25 mecanismos en 22 estados.

Se estima que cada hora, en promedio, una mujer pide apoyo a un refugio por situaciones de violencia.

Si se comparan los primeros cuatrimestres de cada año por número de víctimas de feminicidio, de 2015 a 2022, se observa un aumento de 141.7% en la cifra.

Pero, ¿por qué hay tanta impunidad y pocos resultados en nuestro país?

Según la organización Amnistía Internacional, las autoridades no inspeccionan correctamente el lugar de los hechos, no resguardan de forma apropiada las evidencias recolectadas, y no realizan pruebas periciales o diligencias correctamente, causando la pérdida de datos, objetos o sustancias y testimonios.

Estas deficiencias implican una violación a los derechos humanos de las mujeres, a la vida, a la integridad personal, a la protección judicial de las familias de las víctimas y al acceso a la justicia.

Tristemente, hoy México es el país número 1 en feminicidios en América Latina.

Con información de: 24 Horas Nacional

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