La vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, enjuiciada por presunta corrupción, recibió este sábado el respaldo de manifestaciones en plazas de todo el país, con epicentro frente a su domicilio en Buenos Aires y donde hubo incidentes por el intento policial de frenar a la multitud con vallas.
La decisión de la alcaldía de Buenos Aires, a cargo del opositor de derecha Horacio Larreta, de cercar con vallas el domicilio de Kirchner despertó una espontánea convocatoria al lugar que fue escenario de vigilias y manifestaciones desde el lunes, cuando la fiscalía elevó su acusación.
«Ha habido demasiada sangre en Argentina para que sigan amenazando con tiro, bala, gas lacrimógeno, gas pimienta a los que piensan diferente», dijo Kirchner a los miles que acudieron a alentarla.
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Por su parte, el presidente argentino Alberto Fernández consideró que «el operativo, lejos de aportar a la tranquilidad, generó un clima de inseguridad e intimidación».
El alcalde Larreta dijo después en conferencia de prensa que la policía “actuó con firmeza, con determinación y con profesionalismo” y dio cuenta de 12 agentes heridos.
También se quejó de que «lo que inicialmente era una expresión de apoyo, se convirtió en un acampe permanente» de manifestantes que altera la paz del vecindario, uno de los más exclusivos de la capital argentina.
En contraste con los incidentes en Recoleta, otras manifestaciones de apoyo a Kirchner transcurrieron pacíficamente, entre ellas las realizadas en Tucumán (noroeste), Córdoba (centro), Rosario (centro) y Mar del Plata, al sur de Buenos Aires.
Kirchner, de 69 años, fue acusada junto a otras doce personas por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta agravadas en una causa sobre supuesta corrupción en la licitación de obras públicas cuando ejercía la presidencia entre 2007 y 2015.
Con información de 24 Horas Nacional
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