ADRIAN TREJO

Lo más destacable de los informes presidenciales (todos), es la falta de autocrítica y el enorme culto al ego, a la personalidad.

Antes del Presidente en turno todo era caos, miseria, corrupción, violaciones a los derechos humanos.

Pero quiso el destino – ¡oh, Dios! que el país fuera bendecido por la elección del ser que llevará a estadios mejores al México siempre fiel…a las promesas.

Lo que ve el Gobierno y lo que ve la sociedad

Así que, donde los ciudadanos comunes y corrientes vemos ríos de sangre, el Gobierno en turno ve ríos de tinta en notas periodísticas, reportajes, entrevistas, que cuestionan el milagro de su gestión.

Donde la gente ve al país pintarse de verde olivo, el Presidente ve el verde de la esperanza, simbolizada tan bien en uno de los tres colores de la bandera.

Donde cualquiera ve clientelismo electoral, el gobernante en turno ve un “reparto equitativo de la riqueza’’, aunque ese supuesto reparto no saque de su pobreza o miseria, a los millones de mexicanos que bimestralmente reciben esos recursos.

Donde la gente ve falta de medicamentos, el Presidente ve el éxito del combate a la corrupción pues se logró desplazar de su distribución a “la mafia’’ que hizo millonarios a funcionarios y políticos que se hicieron proveedores del IMSS, el ISSSTE o la Secretaría de Salud.

Qué importa el inconveniente para los enfermos y sus familias que esperan semanas o meses a que el medicamento recetado llegue a las bodegas de su hospital de zona o clínica familiar.

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Donde la gente ve masacres casi cotidianas, el Gobierno ve la oportunidad de justificar las declaraciones diarias -esas sí-, que responsabilizan a sus sucesores por la escalada de violencia que no da tregua, ni un día, y que hoy por hoy constituye el principal tema de preocupación para la mayoría de los mexicanos.

Incluso para los beneficiados por la mano prodigiosa del mandatario en turno.

Si no vemos los éxitos, es porque no queremos o formamos parte de un complot para restar méritos a la bondad y sabiduría de quienes dejaron de pertenecerse para servir al país.

¿Qué es lo que usted vive y ve?

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Lo que hizo Ignacio Mier al retrasar dos horas la sesión de instalación del Congreso General fue simplemente una provocación.

Aunque el poblano, que desde ya trabaja para ser candidato a gobernador de la mano de dos corcholatas, sabía que por ley la sesión debió comenzar a las 17:00, cínicamente convocó a sus diputados a seguir desde un salón alterno el Informe que desde Palacio Nacional leía el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo hizo con conocimiento de causa, valiéndole camote el tiempo de los legisladores de otros partidos que llegaron puntuales a la cita; todo para ganarse una palmadita en la espalda.

Ese será el talante de Morena en el periodo legislativo que inició formalmente ayer.

Y así quieren encontrar los consensos para aprobar las reformas constitucionales que le importan al Presidente.

Por cierto, Mier informó que hoy mismo podrían debatirse las reformas a leyes secundarias que trasladarían la administración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.

Aunque no se trata de una iniciativa presidencial, se tratará de hacerle un trámite fast track, para complacer los tiempos marcados desde Palacio Nacional.

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