“Fue una cosa horrible, desastrosa, en ese entonces no había anuncio como lo hacen ahora, para poder salir de la ciudad, hubo cientos de muertos, gente que no le dio tiempo de refugiarse en el cerro”, relató Manuel Villanueva Enrique, sobreviviente del huracán Janet, que impactó el 27 de septiembre de 1955.
El Gobierno del estado y el ayuntamiento de Othón P. Blanco conmemoraron el LXVII aniversario del fenómeno que azotó Chetumal, una memoria triste, pero también un recordatorio de la fortaleza de un pueblo que resistió el embate del clima y resurgió sobre una ciudad destruida.
En el Panteón Municipal, en representación de la gobernadora Mara Lezama Espinosa, el secretario de Educación, Carlos Manuel Gorocica Moreno, expresó que este acontecimiento es considerado parteaguas en la historia de Chetumal, pero refleja la fortaleza y resiliencia que identifica a la población.
“Hoy Quintana Roo se encuentra preparado para ya no repetir esta triste historia. Con el Gobierno de Mara Lezama Espinosa estamos listos para afrontar esta y las vicisitudes que vengan”, aseguró.
La alcaldesa capitalina, Yensunni Martínez Hernández, recordó a los chetumaleños que perecieron esa noche, un número incuantificable, pero también a los héroes que dieron su vida para salvar otras.
“Fueron horas de eternas de vientos poderosos que hacían crujir la madera y con la fuerza del agua despedazaban todo lo que se encontraba a su paso, a medianoche todo parecía haber pasado, se podían ver las estrellas, sin embargo, unos pocos minutos después, vientos de más de 280 kilómetros por hora y una gigantesca ola, nos hizo entender que solo era el ojo del huracán y lo peor estaba por venir”, relató.
Reconoció a los miembros del Ejército y la Marina, que hace 67 años y como hoy en día, fueron puestos aprueba, al poner la seguridad de la población sobre la personal, como fue el caso del sargento Virgilio, quien salió del refugio donde se encontraba para salvar a una niña de seis años que era arrastrada por la corriente, pero al resguardarla en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, una lámina pasó volando y le decapitó, dando vida por vida.
En la ceremonia, los chetumaleños Manuel Olivera Kem y Manuel Villanueva Enrique hicieron una guardia de honor en el monumento a las víctimas de “Janet”.
Con información de: 24 Horas Nacional
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