Cada libro implica estudiar y aprender, así que una novela es una forma de no envejecer de una manera miserable, triste; aseguró

El español Arturo Pérez-Reverte presentó ayer Revolución, una novela de aventuras ambientada en los primeros años de la Revolución Mexicana, que llegará esta semana a las librerías de España y América Latina.

“No es una novela histórica”, señaló en rueda de prensa en Madrid el prolífico escritor de 70 años, quien ya había utilizado como escenario al país latinoamericano en La Reina del Sur, sobre una mexicana relacionada con capos del narcotráfico.

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“Utilizo la historia, como tantas otras veces, como pretexto” para una “novela de aventuras”, en esta ocasión sobre un joven que “termina descubriendo cosas de la vida, de la violencia, de la muerte, del amor, de la lealtad, de la amistad” en su “recorrido a través de los años violentos de la Revolución Mexicana“, señaló.

Revolución, la trigésimo segunda novela del escritor que ha vendido más de 20 millones de ejemplares y ha sido traducido a cuarenta idiomas, sigue a Martín Garret, un ingeniero de minas español que se ve atrapado en la Revolución Mexicana, que estalla en 1910, y termina por unirse al ejército de Pancho Villa.

Una historia con “elementos” de la propia vida del autor, ya que el bisabuelo de Pérez-Reverte, ingeniero de minas, tuvo un colega que vivió en México en las primeras décadas del siglo XX y que le enviaba cartas para contarle pormenores de la revolución.

Asimismo, el escritor le “prestó” a su personaje principal, “para darle espesor”, su experiencia como reportero de guerra durante dos décadas en las que fue testigo de varias revoluciones, tanto en América Latina como en otros continentes.

Para evitar “anacronismos” y ser lo más fiel posible al lenguaje mexicano de hace un siglo, Pérez-Reverte dijo haberse sumergido en la literatura y el cine de ese país.

De sus lecturas fue “extrayendo expresiones, frases, refranes” que le sirvieron para elaborar “un glosario, una larga relación de términos, para ir utilizándolos en los momentos adecuados”.

En la novela, el protagonista es acompañado por tres personajes femeninos, sin los que su “aprendizaje sería incompleto”: una revolucionaria pobre y analfabeta, una joven de clase social alta y una periodista norteamericana.

A punto de cumplir 71 años, y con un ritmo de publicación de una novela por año en el último lustro, Pérez-Reverte dijo no pensar en el retiro.

Cada libro implica estudiar y aprender, así que “una novela es una forma de no envejecer de una manera miserable, triste o sórdida, sino de envejecer de una manera espléndida”, afirmó.

“Esa curiosidad, ese instinto de cazador, ese hormigueo es formidable, porque te mantiene erguido y despierto”, agregó.