Festejan yucatecos a la morenita del Tepeyac

DAVID RICO

Puntuales, llegaron a la cita cientos de personas a la iglesia de San Cristóbal, santuario de la Virgen de Guadalupe en Mérida, para venerar a la Reina del Tepeyac en el día.

Festejan yucatecos a la morenita del Tepeyac

Desde las 6 de la mañana se cantaron Las Mañanitas a la Guadalupana, con la presencia de cientos de feligreses y con la llegada de peregrinos, antorchistas y quienes acudieron a la iglesia a dejar sus ofrendas.

Es común ver a los fieles llegar en bicicleta cargando grandes imágenes de la virgen, que cada año se llevan a bendecir, junto con la promesa, el agradecimiento o también la petición, las cuales, la mayoría de las veces, tienen que ver con mejorar la salud, mejorar la economía, o la cura para algún pariente enfermo.

Un grupo de fieles, por ejemplo, salió de Celestún el día 11 para llegar pernoctando en Umán y así poder llegar a las 7 de la mañana a Mérida, a la Iglesia de San Cristóbal, platicó Juan Bacab, quien viajaba en bicicleta junto a nueve personas más.

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“Pues tenemos la promesa y también la petición, primero para la salud de la familia pues hemos tenido un poco de mala racha; ya sabes que traemos un poco de problemas económicos, o enfermedades que ya vienen desde antes”, dijo.

Expuso que el viaje sí ha sido cansado, pero reconfortante, al saber que tiene un fin y que es agradecer a la Virgen lo que ha dado y, también, para tener un año mejor.

Una joven, Arlette, de la Uady que obtuvo ayer su título de licenciatura, es una fecha importante para ella, por lo cual acudió a dar gracias a la Virgen de Guadalupe.

“Darle las gracias por este logro. No fue una promesa, pero los tiempos de Dios son perfectos y me entregaron el título el día de hoy”, comentó.

Otro de los que cumple con su promesa cada año es Julio Escobedo Chí, mejor conocido como Raperito Baby, que en esta ocasión salió el 1 de diciembre desde Campeche hacia Mérida, 11 días en total caminando y cargando la imagen de la Virgen que pesa unos 30 kilos.

“Avanzaba nada más un pueblo o la mitad de la trayectoria, porque había tramos de 30 o 40 y a veces no me alcanzaba el tiempo; solo de Umán salí a las 8 de la mañana del 11 y llegué a las 8 de la noche a San Cristóbal”, dijo.

De su promesa o agradecimiento, dijo que “más que nada para pedirle que me vaya bien este día y por agradecimiento, por el año pasado que no nos fue tan bien, pero siempre hay que agradecer”, expuso.

También en Peto y Chocolá se dieron cita como cada año a festejar y agradecer a la Virgen de Guadalupe por sus beneficios y ayuda.

Las celebraciones y fiestas patronales comenzaron desde el pasado domingo con las tradicionales corridas de toros, las mañanitas y los rosarios para venerar a la morenita del Tepeyac.

Con lágrimas en los ojos, los fieles se adentraron en su pensamiento para orar y desde lo más profundo de su corazón, agradecer que intercediera por alguno de sus seres queridos y los ayudará en momentos de dolor y sufrimiento, además con porras, cánticos los asistentes dejaron en claro su fe, destacando que este año fue de gran bendición, dejando de lado los problemas que se pudieron presentar.

También no pudieron faltar los niños con su atuendo en honor a Juan Diego siguiendo la fe católica de las familias.

En el municipio de Peto decenas de peregrinos llegaron para cumplir sus promesas. Asimismo, un grupo de jóvenes peregrinos cantaron por las calles desde la capilla de Guadalupe hasta la parroquia para asistir a la misa y a las mañanitas.

Al terminar la eucaristía, se presentó el Mariachi Azteca, quienes entonaron las tradicionales mañanitas e interpretaron canciones y también se contó con la participación del ballet folklórico de “Corona de Luna” con bailables prehispánicos.

Durante la velada se vivieron momentos de emoción y al término los fieles ofrecieron rosas a la virgen.

En el Chocholá la celebración patronal se vivió a lo grande. El presbítero Juan Pablo Vera fue el encargado de realizar la bendición del coso taurino, acompañado de la santísima imagen de la morenita, para iniciar con las festividades en su honor.

Los habitantes y devotos disfrutaron de la tradicional vaquería del pueblo, en la que los grupos jaraneros mostraron su talento para bailar la jarana yucateca.

Los mestizos mostraron su elegancia con fe, al portar el traje típico de la religión.